Los osos pueden parecer animales feroces, sin embargo, hay países en donde estos ejemplares se crían bajo el amparo de los humanos, quienes establecen hermosas relaciones que derrochan amor y amistad sin límites entre sí.
Archie es un amoroso oso adoptado.
Es un verdadero ejemplo de lo que «un abrazo de oso» significa.
Pareciera que, en Rusia, esta especie de cuento de hadas es una realidad. Y si no que se lo pregunten a Veronika Dichka, una joven quien ha conquistado a las redes sociales con sus apacibles fotografías pescando en compañía de un oso adoptado, en medio de un lago ubicado en Novosibirsk, al norte de Siberia.
El peludo bautizado con el divertido nombre de Archie no se separa ni un instante de Veronika, para arriba y para abajo, siempre a su lado a donde quiera que ella va.
Sin embargo, su actividad predilecta es salir de pesca montado en un bote con su amantísima mamá humana.
Por supuesto, es destacable el hecho de que, tanto en este caso como en otros anteriores, las escenas entre oso y humano no se desarrollan en grandes ciudades, sino más bien en sitios ignotos, tales como Siberia.
Esto puede que se explique debido a las grandes distancias entre las ciudades rusas y las regiones como Novosibirsk, donde, al parecer, es viable la convivencia del hombre con los animales salvajes. Lo cierto es que se trata de una mascota bien simpática y particular.
Pero, ¿cómo se conocieron Archie y Veronica? Resulta que el oso era tan solo un bebé cuando el zoológico local donde permanecía se declaró en quiebra a causa de la pandemia por coronavirus.
El cierre inminente del santuario animal significaba que Archie perdería su hogar. La noticia llegó a oídos de Veronika quien, de inmediato se dirigió hasta las instalaciones del zoológico y preguntó si acaso ella podría adoptarlo. La respuesta fue afirmativa y la mujer no tuvo inconvenientes en llevárselo consigo a casa.
“Archie me ve como un miembro de su familia. Compartimos la comida, duerme en mis brazos cuando tiene miedo y se esconde detrás de mí. Lo rescatamos del parque safari, pero no podemos liberarlo en la naturaleza porque ha vivido en cautividad toda su vida”, afirmó Sarah.
Debido a que el oso siberiano se encuentra protegido del peligro de extinción, los pardos son permitidos como mascotas por las autoridades rusas. No obstante, en el caso de Archie, puede que su categoría de rescatado haya sido el plus adicional que le haya permitido a Sarah obtener un permiso especial para su tenencia.
Resulta verdaderamente sorprendente la enorme variedad de especies permitidas en en el gigante euroasiático. Será por eso que ese país nos encanta, ya que en ese territorio es común encontrarnos siempre con escenas tan particulares como la de este oso montado encima de un bote, en medio de un lago.
“Archie pasa todos los días con nosotros y está locamente enamorado del agua. Le gusta mucho cuando le llevo a sitios nuevos, así que esta sesión de fotos fue una delicia para él”, añadió Veronika Dichka, en su publicación.
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Todos los animales, sin distinción, salvajes o no, son importantes para nuestra pervivencia como especie humana. La amistad que lograron entablar Veronica y Archie, es una muestra de por qué resulta imperioso respetarlos, cuidarlos y preservarlos para el bien de la humanidad.
Lo más importante es que Archie se ve bastante feliz en compañía de Veronika. A pesar de la poca frecuencia con la que vemos a estos animales fungiendo como mascotas, lo cierto es que Sarah y Archie son los mejores amigos que alguien pudiera querer tener.