Maureen Hatcher vive en Florida junto a sus dos lindas perritas llamadas Bella y Sadie. Para Maureen estas perritas son parte de su familia. Eso ha quedado más claro que nunca cuando sufrió un inesperado derrame cerebral y sus dos perritas supieron reaccionar y buscar ayuda.
Maureen Hatcher tiene actualmente 62 años de edad.
Maureen no recuerda con exactitud cómo colapsó, pero sabe que recobró el conocimiento por apenas unos segundos y lo único que pudo hacer fue tratar de explicarles a Bella y Sadie que necesitaba ayuda.
“Sólo sabía que estaba en el suelo y no me podía mover. Le dije a mis chicas ‘Necesito ayuda’”.
Las astutas perritas comprendieron de inmediato que algo no andaba bien y salieron de la casa a tratar de indicarle a la vecina que necesitaban de su ayuda. La cámara de seguridad muestra a las dos perritas salir rápidamente y cruzar hacia la puerta de Alexandra Naspolini.
Maureen también vive con su nieto de 21 años, pero él no se encontraba en la casa en ese momento.
Las perritas comenzaron a ladrar insistentemente en un desesperado intento de explicar que su dueña se encontraba en peligro. El escándalo fue tan grande que la vecina comenzó a preocuparse.
“Estaba sentada tomando café hasta que veo que una de las perritas estaba afuera. Después escuché que la otra perrita también venía de su casa y no paraba de ladrar”.
Unos minutos después las cámaras de seguridad muestran a Alexandra acercándose a la casa de Maureen. Como la puerta estaba abierta entra cuidadosamente y trata de llamar a la dueña para asegurarse de que todo está bien.
“Le preguntaba a las perritas: ‘¿Dónde está mamá?”.
Las perritas la guiaron directamente hacia la habitación y fue entonces que Alexandra encontró a Maureen con lo que claramente eran signos de un derrame cerebral. Estaba muy confundida, una parte de su cara estaba muy débil y tenía dificultad para hablar correctamente.
Alexandra llamó inmediatamente a una ambulancia y tras recibir atención médica Maureen se encuentra estable y sumamente agradecida con toda la ayuda que recibió de sus leales perritas.
“Fui muy bendecida y además no tuve ningún efecto secundario”.
La cámara de vigilancia de la puerta de entrada grabó el momento en que las astutas perritas salieron a suplicar ayuda:
La rapidez con la que este tipo de emergencias son tratadas es un elemento vital para la salud de los pacientes. Afortunadamente, las leales perritas de Maureen, así como su atenta vecina, estaban allí para poder salvarla.
Te invitamos a compartir esta nota para agradecer a estas lindas perritas su rápida reacción en un momento tan crucial.