Los perros no viven tantos años como los humanos y es por eso que al adoptar a una mascota debemos tener en cuenta que probablemente sufriremos su partida. Sin embargo, lo más importante es brindarles todo nuestro amor mientras estén con nosotros, es nuestro deber darles una vida feliz.
Cuando se trata de perros mayores en refugios, es más costosa su adopción. Normalmente la gente busca pequeños cachorros que puedan recibir como bebés en sus casas. Y otro factor importante es la salud que tengan las mascotas.
Esta chihuahua no tenía ninguno de esos requisitos, era una perrita mayor y además no se encontraba bien de salud. Los miembros del refugio no creían que fuera a vivir mucho. Pero fue entonces cuando Heather Hayes, miembro del refugio Asheville Humane Society, decidió que podría llevarla a casa. Ella pasó delante de su jaula y la pequeña se quedó mirando, entonces ella abrió la jaula y ese fue el momento en que todo cambió.
Los compañeros del trabajo le recordaban el estado de salud y la edad de la perrita, pero ella dijo «déjame llevarla a casa una noche y decidiré si ella no tiene una buena calidad de vida y tenemos que dejarla ir, pero quiero que esté en una casa. Al menos se sentirá amada por 24 horas«.
Le contó a su esposo que la lengua de la perrita siempre caía fuera de su boca. La perrita que debía morir debido a su estado de salud pudo sobrevivir a la primera noche, incluso la siguiente. Y no sólo eso, sobrevivió un año, ¡y el otro y el otro!
Al parecer, lo que necesitaba para seguir viviendo era amor. Cuando pensaban en qué nombre debían ponerle buscaban algo similar al que tenía en el refugio «Jersey Girl». Pensaron en Josie, Jazzy, y entonces el esposo de Heather dijo: «¿Por qué no la llamamos Jay-Z?» y ella levantó la mirada inmediatamente.
«Ella lo miró directamente cuando él lo dijo, por eso tiene un nombre de chico a pesar de que es una perrita», cuenta Heather. Ahora con su nuevo nombre, ella podía empezar una nueva vida, en la cual hizo todo tipo de cosas que jamás se esperarían de una perrita de su edad.
Ha salido de picnic en el Biltmore Estate, subió hasta la cima del monte Mitchell de Carolina del Norte y vio el mar por primera vez. Esta perrita sin duda hizo mucho más de lo que todos esperaban de ella.
Nadie sabe la edad exacta de Jay-Z, pero ya lleva más de 4 años con la familia Hayes y ya era mayor cuando la adoptaron. «Jay-Z fue el primer perro y el mayor que adopté», cuenta Heather. Ese fue el inicio para el resto de las adopciones que vinieron.
Ahora la familia Hayes tiene todo un paquete de perros mayores rescatados y también adoptan perros con necesidades especiales. «Es muy gratificante traer a casa animales que son pasados por alto y darles una familia», dice Heather.
A pesar de lo que se esperaba de Jay-Z, en realidad ella ha tenido muy pocos problemas de salud desde que fue adoptada, incluso Heather tiene una carta de tributo guardada en caso de que la perrita muera. «Jay-Z me enseñó a acariciar a los animales mayores que necesitan el amor y la comodidad en los últimos años de sus vidas, al igual que la gente mayor», escribe en su carta.
«Ella me enseñó a apreciar las cosas pequeñas como disfrutar de los rayos de Sol juntas o dormir hasta tarde, abrazándonos un sábado por la mañana», sigue. «Nunca olvidaré su dulce rostro, sus aullidos en el camión de bomberos, sus lágrimas en mi brazo o su pequeña lengua característica».
Es así como esta perrita anciana aprendió un truco nuevo, el más importante de todos: ser amado es vivir. «Espero que Jay-Z inspire a otros a adoptar a un animal mayor y a darles una segunda oportunidad en sus años dorados», comenta Heather.
De hecho, en este preciso momento hay un perro mayor en el refugio esperando una familia que lo adopte, si crees que tú puedes ser esa persona, comunícate con Asheville Humane Society o con el refugio más cercano a tu casa.
Recuerda compartir esta historia para enseñarle a la gente que un perro viejo también es maravilloso