Locura colectiva, esa debe ser la única explicación posible para entender cómo es que un grupo de personas cometen semejante atrocidad.
¿Cómo pudieron ser tan inconscientes como para preferir rodear al pobre bebé con tal de tomarse una foto, antes que permitirle alcanzar a salvo a su madre? Y no es la pimera vez que sucede algo así. Recordarás el incidente en que bañistas acosaron a una cría de delfín hasta matarlo. Aquí el detalle de la noticia.
No les importó lo que les pudiera pasar, con tal de tener su selfie. A pesar de que ellos mismos habían aterrorizado a ambos madre e hijo, que huían despavoridos. Un evento similar, que sucedió con un delfín lo puedes recordar aquí.
¡Me quedo sin palabras ante los límites de la crueldad humana!
Este pobre bebé elefante murió 24 horas después de haber sido el centro de atención de una multitud que lo alejó de su madre para tomarse unas selfies.
Los elefantes pertenecían a un grupo un poco mayor, pero tres de ellos se separaron en su búsqueda por alimentos.
La comida escasea para los elefantes mientras más y más territorios son tomados por los humanos para asentamientos, agricultura o ganadería.
Por eso estos elefantes se atrevieron a aventurarse a una zona poblada por humanos, tratando de buscar comida.
Al verlos, los pobladores de la aldea ya no celebran la buena fortuna atribuida a los paquidermos como en los tiempos remotos.
Ahora lanzan cohetes, gritan y recurren a recursos extremos para tratar de alejar a los gigantescos animales.
Así los habitantes de la aldea de Kurubarahandi, al sur del estado de Karnataka, comenzaron a perseguir al grupo de tres elefantes que deambulaban por los alrededores se su pequeño poblado.
Dos adultos y un bebé, ese era el terrible peligro que amenazaba a la aldea. Ellos los detestan pues ponen en peligro sus cosechas.
Y tuvieron éxito, los elefantes aterrorizados emprendieron en su retirada corriendo despavoridos.
Pero lamentablemente el pequeño no pudo seguir el ritmo de los adultos.
Estaba cansado, debilitado y asustado. Inevitablemente se quedó atrás.
Su madre intentó regresar para buscarlo y ayudarlo en su paso, pero le fue imposible.
Los aldeanos cercaron al pequeño, no lo persiguieron como a los demás.
Al bebé lo rodearon de atención con sus teléfonos, tomándose fotos y tratando de obtener el mejor ángulo para un selfie.
El pobre bebé quedó aún más desorientado y comenzó a llorar por su madre.
La madre intentaba acercarse, pero los gritos de las personas y las luces de los flashes la confundían.
¡Aterrorizada, huyó al bosque!
Finalmente, el Servicio de Protección ambiental llegó y dispersaron la multitud.
Más tarde, cuando todo estuvo en calma, la madre volvió por su pequeño, pero los oficiales ya se lo habían llevado.
Ellos afirman que el bebé debe haber tenido una herida interna por su persecución del bosque pues, a pesar del cuidado que le dieron: leche, glucosa y medicinas, el bebé murió en menos de 24 horas.
La violencia contra los elefantes es una amenza real en la India.
El premio al fotógrafo del año 2017, Biplab Hazra, da testimonio de esto con su foto premiada: “El infierno está aquí».
Se puede ver cómo los aldeanos lanzan bolas de fuego a una madre y su bebé para alejarlos de la aldea.
El fuego daña su delicada piel, pero a estos hombres no les importa nada más, ellos amenazan sus cosechas y si las pierden, pierden también su vida.
La vida de los elefantes, sus espacios, los que nosotros les quitamos; no valen más que unos cuantos kilos de arroz.
¿Qué hubieras hecho tu si hubieras estado allí?
Comparte esta trágica historia, es necesario tomar medidas globales que nos lleven a la protección de estas majestuosas criaturas.