En Tailandia, el equipo de rescate de la Fundación de Amigos de la Vida Salvaje (WFFT, por sus siglas en inglés), en la ciudad de Bangkok, quedaron asombrados por lo que encontraron en una de sus rondas por la capital tailandesa. Al equipo le habían notificado de forma anónima a través de un correo electrónico que un vecino de su zona había encontrado a un primate y lo había encerrado en un “oscuro y sucio agujero”.
El hombre del correo le envió las coordenadas de la dirección y llevó al equipo de rescate de animales hasta una zona bastante sucia de la ciudad; cada vez las calles se hacían más estrechas y oscuras hasta que lograron ver la cara de miedo de un simio a través de una malla de alambre.
El equipo de rescate se mostró indignado por el lugar en donde se encontraba el pobre animal, pero el malestar creció cuando se enteraron que el mono estuvo 25 largos años encerrado en ese hueco que adaptaron como jaula.
Inmediatamente la WFFT se puso manos a la obra y liberaron al mono que se mostraba bastante deprimido, lo envolvieron en un manta y el asustado primate empezó a entender que sus días de cautiverio habían terminado.
El fundador de la WFFT, Edwin Wiek, se refiere al caso de Joe, el nuevo nombre que tiene el mono rescatado, de la siguiente forma: “He visto muchos animales maltratados pero Joe definitivamente resalta. Las imágenes solo muestran una parte de lo mal que estaba”.
El pobre Joe, en sus días de cautiverio, tenía un limitado acceso al agua, pero el techo era bastante bajo y el piso estaba cubierto de su propio excremento.
Joe no recibió los rayos del sol y sus músculos estaban constantemente contraídos por el limitado espacio dónde estaba y varios de ellos muy atrofiados. Joe está con vida gracias a varios de sus vecinos que le dejaban comida o agua de manera ocasional.
Ahora, el hueco dónde estaba Joe lo llaman “El agujero del infierno”, ya podrás imaginar qué tan terrible era para el pobre mono.
La evolución de Joe fue de pasos pequeños porque al principio Joe no podía caminar y trepar con facilidad debido a sus músculos adoloridos; requería de mucho esfuerzo para lograr mantenerse en pie, pero con amor, paciencia y muchas bananas empezó a responder muy bien, Joe ya se convertía en alguien nuevo.
La WFFT descubrió con el tiempo que la razón de que Joe estuviese encerrado en ese horrible lugar era porque en 1991 el último dueño de Joe lo había abandonado, pues no podía pagar la comisión de los zoológicos locales.
Los monos de la especie de Joe pueden vivir hasta los 35 años y el equipo de WFFT espera que el simpático primate logre vivir sus últimos años con comodidad y felicidad.
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