La conducta que tiene un ser vivo cuando enfrenta una situación difícil como la de una enfermedad, siempre hará la diferencia. Muchas de estas enfermedades empiezan de una manera imperceptible, pero con el tiempo, hacen tanto daño y cambian el estilo de vida de cualquiera.
Los canes también enfrentan difíciles enfermedades, como es el caso de Maximus, un perro bóxer que a la edad de 11 años fue diagnosticado con mielopatía degenerativa. Los síntomas de esta enfermedad son la dificultad en la movilidad de la región pélvica y en las patas traseras, debido a un daño neurológico progresivo que sufren generalmente los perros de razas grandes y de mayor edad.
Al inicio de la enfermedad, Maximus tuvo que someterse a varias revisiones médicas y a varios estudios como radiografías y resonancias magnéticas, para determinar qué ocasionaba su dificultad para mover sus patas traseras. Esta situación preocupaba tanto a Maximus como a su dueña Hannah Jung, una neoyorquina que amaba salir de excursión con su perrito.
Cuando obtuvieron el diagnostico por parte de los veterinarios, no sabían cuánto tiempo iban a esperar para ver todos los estragos de la mielopatía degenerativa. Seis meses después de la noticia, la dificultad para mover sus patas traseras empeoró a tal punto de convertirse en una parálisis significativa, sobre todo en su pata derecha.
El escenario entristeció a Maximus, sabía que sus días de aventuras terminaron, ya no salía con sus otros amigos, ni tampoco podía ir a nadar, una actividad que realmente le encanta. Para Hannah Jung, no era sencillo verlo así y sabía que debía ponerse manos a la obra para ayudar a su perrito a sobrellevar la situación, darle ánimo y que él no se dé por vencido ante esta enfermedad.
Jung buscó ayuda de Walkin’ Wheels, una empresa que se encarga de realizar sillas de ruedas especiales para los perros discapacitados. Sabiendo que Maximus es muy aventurero, las ruedas de su silla son neumáticos reales, no de plástico, para que pueda realizar las largas excursiones junto a su dueña por cualquier terreno.
El diseño de la silla también permite que sea plegable para ser cómodo su traslado, y las barras son de aluminio, lo que permite que el can pueda nadar y tomar baños en los lagos sin tener miedo de que el material se oxide.
Gracias a esta silla, la actitud de Maximus cambió radicalmente, sus días grises quedaron atrás y ahora volvió a ser un perro muy juguetón, travieso y aventurero. Este hermoso perrito no deja que su condición lo límite de la diversión.
Maximus convive con otros perritos aventureros en el grupo de Hal Your Pets Pal, quienes organizan paseos con perros en diversas zonas de la ciudad de New York.
Ha conquistado a las redes sociales con su valentía y ganas de vivir la vida, de hecho, su perfil de Instagram cuenta con más de 11 mil seguidores que están atentos a sus aventuras y a su experiencia con su condición especial.
Ya este perrito tiene más de 1 año y 10 meses con esta enfermedad, e intenta enseñarles a los humanos que con el apoyo y amor necesario, todos los perritos pueden tener una vida completamente normal.
Puedes ver a Maximus descansando de una larga excursión en el lago, a continuación:
Te invitamos a seguir a Maximus en sus redes sociales y a que difundas la increíble vida de este perrito.