Cuando el refugio de Richmond SPCA en Virginia recibió el caso de un caniche de siete años, no podían creer lo que estaban viendo. De no ser porque sabían la especie del animal, quizás ni siquiera hubiesen podido imaginar a simple vista qué era lo que tenían ante sus ojos.
Robin Roberts, la CEO del refugio no lo podía creer. Era la primera vez que veía un caso de negligencia similar en 22 años. Las personas de Richmond SPCA bautizaron a la mascota como Lionheart y comenzaron a ayudarla.
La perrita de 7 años estaba cubierta por una cantidad enorme de pelo sucio
En primer lugar, era difícil saber cuál era la cabeza de Lionheart y cuál su parte posterior. La perrita había vivido por más de 2 años en una habitación, siempre metida debajo de una cama.
Su dueño anterior solo entraba a la habitación para darle un poco de agua o comida, pero no recibía otras atenciones.
El acicalado de Lionheart tomó horas
Como es de imaginar, el pelo del caniche creció sin control, hasta convertirse en un gran y doloroso nudo de pelo, que además estaba cubierto de polvo y suciedad, por no mencionar los restos de heces y orina que encontraron sobre su pelo y su piel.
La condición de Lionheart llegó a ser tan crítica, que para el momento de su rescate la perrita ya había comenzado a dar muestras de movilidad reducida, pues los nudos sobre su cuerpo eran tan densos y dolorosos, que apenas si podía caminar.
Mira la evolución de esta perrita, desde un caso de negligencia hasta su hogar feliz
La custodia de la mascota fue retirada a su dueño original, y en Richmond tuvieron que encargarse de ofrecer una nueva vida a esta perrita de 7 años. Lo más complicado fue librarla de la sucia maraña de pelos que la cubría.
Eliminar todos los nudos requirió de un minucioso proceso de horas. Lionheart fue acicalada en profundidad, al punto de que todo su pelo fue cortado casi al rape, para además tratar las infecciones y problemas en la piel que ocasionó la falta de higiene de la mascota.
Lionheart tras ser librada de todo el pelo en mal estado
Al finalizar su acicalado, las personas del refugio recopilaron kilos de pelo y suciedad. El camino hacia una vida mejor había comenzado para Lionheart, que no conforme con su nueva y merecida imagen, tuvo que estar por dos meses en rehabilitación antes de que estuviera lista para ser adoptada.
Ahora su vida ha dado un enorme vuelco y a muchos nos hace enormemente feliz saber esto.
Actualmente el nombre de Lionheart es Cody y ya tiene a una nueva familia en Virginia que se ocupa apropiadamente de ella.
Su actual propietario asegura que no entiende cómo una persona es capaz de confinar a un estado así a un animal que es capaz de dar tanto amor. Por fortuna, ahora esta perrita está acompañada de personas que saben valorar su afecto y, más importante aún, saben retribuirlo.
Cody junto a su nuevo amo
La recuperación de Cody no solo ha sido milagrosa, también forma parte de una historia que merece ser compartida.