El amor de una madre es tan grande que su corazón siempre puede albergar a un hijo más. Este dulce pato hembra es una muestra fiel de cómo reacciona una madre ante la presencia de un recién nacido indefenso que ha quedado a expensas de la suerte.
Esta madre no sólo aceptó a la pequeña zarigüeya, sino que hizo todo lo que estaba a su alcance para mantenerla caliente y lo más cómoda posible.
¿Quién puede dudar del increíble instinto maternal de este encantador animal?
Un habitante de Adelaida, Australia, quedó muy sorprendido tras revisar la casa donde su mascota tiene su nido y encontrar que debajo de una de sus alas estaba otro animalito recién nacido que había adoptado como su hijo.
Un portavoz de Fauna Rescue of South Australia (FRSA) escribió en Facebook que el dueño de esta madre se sorprendió cuando llegó y sintió debajo de las alas piel. Esta madre parecía bastante protectora de Daisy, la diminuta zarigüeya.
Esta indefensa zarigüeya había perdido a su progenitora, pero afortunadamente encontró una madre sustituta en un tiempo récord.
La pequeña Daisy había sido calentada durante toda la noche por esta madre que la tenía escondida debajo de su ala».
Es evidente que esta madre sintió la necesidad de este pequeño indefenso animalito de tan sólo 300 gramos.
Para Daisy era muy aterrador sentirse sola en el mundo, definitivamente estaba buscando un lugar cálido y seguro para refugiarse… ¡Sin lugar a duda lo encontró!
Esta madre, en lugar de perseguir a esta indefensa zarigüeya, decidió recibirla, protegerla, y cuidarla. Le ofreció su amor y le permitió aprovechar los beneficios de formar parte de su nido.
El propietario de esta mascota sabía que no podía quedarse con el hijo que había adoptado. Estaba muy consciente que más temprano que tarde debía entregar a Daisy a las personas especialistas de su crianza y cuidado.
Estableció comunicación con FRSA para solicitar asistencia con su particular caso. Los rescatistas de inmediato de trasladaron al lugar y se llevaron a esta zarigüeya al refugio para que recibiera la atención y preparación necesaria para su posterior liberación en la naturaleza.
Daisy no sólo cuenta con un lugar cálido y mucha comida para alimentarse, sino que también encontró a un nuevo amigo que tiene su misma edad… ¡Es su hermano adoptivo!
Ambos se acompañarán en el proceso de crecimiento y desarrollo.
Los socorristas no pasaron por alto el gran trabajo de esta madre adoptiva. Alabaron su amor y dedicación con el que recibió bajo sus alas a un ser indefenso necesitado de cariño, calor y protección.
Es otra de las grandes enseñanzas de nuestros amigos, los animales, quienes no dejan de sorprendernos con sus comportamientos tan llenos de buenos sentimientos.
Comparte esta maravillosa historia donde se pone nuevamente de manifiesto que no hay diferencia que impida a los animales quererse y tratarse como una verdadera familia.