Dos mujeres se colaron dentro de una granja de perros en un área remota de New South Wales, Australia.
Debra Tranter y su colega ya habían visitado este lugar, en el que se encontraban perros viviendo en terribles condiciones y la madre de los perros estaba enferma. Debra, fundadora de Australian anti-puppy mill group Oscar’s Law, documentó esto y le entregó las evidencias a RSPCA. La evidencia mostraba a 16 perros que necesitaban ayuda urgente.
Debra y su compañera visitaron el lugar por segunda vez y lo encontraron aún peor. Había excrementos y orines por todas partes y además estaba infectado de ratas. Debra dijo que se podía ver que los perros mordían la madera y los cables del lugar por estrés y aburrimiento. La única agua que había para beber estaba sucia y babosa.
Algo que llamó la atención de Debra fue una Beagle hembra que se le quedaba mirando con ojos sospechosos, como si ocultara algo. Debra se dio la vuelta para salir del lugar, cuando escuchó llorar a un cachorro.
De inmediato se dio la vuelta y comenzó a buscarlos, pero no encontraba nada. Apagó la luz de su cámara y se sentó en el suelo para ver si se escuchaban otra vez.
Cuando escuchó de nuevo a los bebés llorar, descubrió un pedazo de yeso de la pared que estaba suelta, cuando prendió la luz de la cámara, se asomó y vio a unos cachorros apretados en ese pequeño lugar.
«Fue verdaderamente triste», dijo Debra. La perrita tuvo que dar a luz a sus bebés en un lugar sucio y con perros ladrando por todo el lugar. La mamá tuvo que esconder a los cachorros en ese lugar, que era el único seguro.
Hay aproximadamente 200 fábricas de perros que venden miles de animales cada año.
La mayoría de estas fábricas están en horribles condiciones y muchos de esos perros mueren días después de ser comprados por las pésimas condiciones de salud que tienen.
El estado de las fábricas de perros en los Estados Unidos es muy diferente, ya que ahí se necesita una licencia y solo la otorgan después que alguien del gobierno revise que cumple con todas las regulaciones.
Después de que Debra descubriera a los cachorros, tristemente tuvo que dejarlos atrás porque si no, podría ser acusada de robo. Pero ella espera que con los videos y las fotografías pueda salvar a los perritos y a la mamá.
Debra espera que las leyes en Australia cambien muy pronto para que así puedan salvar más perros y darles una vida feliz, como este poodle que rescató de una fábrica de perros, al pequeño poodle le costó adaptarse a la nueva vida…
«Al principio él le tenía miedo a todo: al tono del teléfono, a la TV,… hasta cuando le preparaba el baño».
«También tenía miedo cuando lo llevaba en brazos, lo acariciaba o lo sacaba a caminar, pero poco a poco Oscar ha ido agarrando más confianza y ahora ya hasta lo puedo sacar con otras personas».
Esperamos que esos cachorritos tengan la oportunidad de tener una vida feliz… y que reciban la ayuda necesaria pronto. Es una pena que no los haya podido salvar, pero ella confía que con la ayuda de la RSPCA y en unión con otras organizaciones animalistas, pronto puedan hacer algo por salvar a la madre y a los bebés.
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