Normalmente cuando pensamos en lobos pensamos en caninos salvajes aullándole a la luna o en mitos de hombres lobos durante la noche. Por otra, parte si decimos lobos marinos pensamos en grandes y pesados mamíferos que viven a las orillas del mar. Pero, ¿qué pensarías si te agregamos una nueva especie? Una especie de lobo que vive entre islas y archipiélagos en las costas occidentales canadienses.
Son fascinantes y muy difíciles de ver.
Algunos los denominan una nueva especie de mamíferos marinos, pero algunos estudios dicen que realmente son un remanente de una especie que existió en el pasado y los humanos fueron eliminando. Ahora pueden encontrase en la Columbia Británica y en algunas islas asiáticas.
Y el fotógrafo de animales, Ian McAllister, tuvo la dicha de capturarlos con su lente.
En escenas que parecen sacadas de un cuento de hadas, McAllister pudo tener un encuentro cercano con un macho y una hembra, los tenía tan cerca que podía escucharlos gruñir y mucho mejor los pudo ver pescar. La dieta de estos lobos se basa en un noventa por ciento de animales marinos.
Mastican percebes y pescan salmones, su pescado favorito.
Su ADN, es diferente al de los lobos continentales, su comportamiento es distinto, su alimentación es distinta e incluso su morfología es diferente, ellos son un poco más pequeños. McAllister ha sido galardonado por su trabajo y lleva dos años estudiándolos.
Lo más increíble de estos lobos es su capacidad para nadar, se han hecho registros de algunos que han nadado hasta 7,5 millas.
Van de un archipiélago a otro y no conocen ni los patrones de comportamiento, ni el tipo de alimentación de sus homólogos continentales. De hecho, un ciervo para ellos no sería considerado una fuente de alimentos, quizás nunca han visto un ciervo.
Aunque McAllister admite que sintió un poco de temor, después de tomar algunas imágenes se alejó sin mirar atrás.
El fotógrafo que también es investigador no se fue sin tomar algunas muestras de heces, que le permitiera a su equipo de trabajo, profundizar sobre su alimentación y estilo de vida. Él estaba extasiado con lo que acababa de ocurrir, se sentía un hombre afortunado.
BoredPanda / NationalGeographic
Nosotros nos sentimos afortunados de que existan profesionales como McAllister, que nos traigan imágenes y aportes científicos sobre especies de animales que no sabíamos que existen. Y que además sean capaces de hacer su trabajo sin intervenir con la rutina del animal, sin perturbar su entorno. Esperamos que la especie se pueda seguir preservando y desarrollando sin que la mano del hombre los moleste.
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