Hay relaciones de amistad en el mundo que nos dan grandes lecciones, pero lo que sucede en ocasiones entre animalitos de diferentes especies es realmente «zoorprendente». Son verdaderos vínculos de amor, que no saben de discriminación ni intereses mezquinos; amistades reales que no hacen diferencias, por más distinta que sea su apariencia; donde lo único que impera es la solidaridad, el respeto, y el deseo de ayudar al más desvalido.
De eso saben de sobra este protector monito y un perrito que fue acogido como si fuera suyo cuando más lo necesitaba, en la localidad de Erode, India.
Los pobladores quedaron atónitos con lo que presenciaron entre este adorable par de amigos.
Las escenas de compañerismo y camaradería entre el canino y el macaco fueron tan conmovedoras, que incluso diferentes medios locales las difundieron ampliamente en las redes sociales.
El mono, sin que nadie se lo dijera, parece haber tomado muy en serio su papel de padre adoptivo del pequeño perrito, lo cuida y protege como tal, y no lo desampara en ningún momento.
Todo empezó cuando un día el mono pudo ver que el perrito se enfrentaba a un gran peligro en medio de una trifulca callejera con otros perros mucho más grandes y agresivos que él.
Fue entonces cuando el mono decidió valientemente salir en su defensa ahuyentando a los perros, y a partir de ese momento, no se apartó más de su lado, velando para que nunca le pasara nada malo.
Así, lo que inició por un simple acto de solidaridad con su compañero de calle, se convirtió en el acto más noble de paternidad y con una especie totalmente diferente.
Inmediatamente, comenzó a hacer su función de padre consiguiendo comida para alimentarlo. Pero quienes fueron testigos de todas esas escenas se quedaron sin palabras al ver que apenas obtenía algo de alimento, no se quedaría tranquilo hasta ver que el perrito comiera primero.
Además, mientras el perrito comía, el monito velaría para que ningún otro perro callejero merodeara por ahí molestándolo o intentando robarle el alimento.
Sólo después comería el mono si es que sobraba algo… ¡Es admirable!
El pueblo de Erode no pudo dejar de conmoverse con las escenas y entre todos empezaron a alimentarlos al par, convirtiéndose en una verdadera familia entre humanos, monos y perros, que se ayudaba en las buenas y en las malas.
Los vecinos del lugar relataron cómo monito y perrito se acompañaban mañana y noche. Después de saciar su estómago vacío, se los podía ver dando grandes siestas acurrucados, y en la noche, disfrutar de un cielo estrellado y de la brisa fresca.
También los podían ver salir juntos hacia grandes aventuras por la naturaleza, donde el macaco lo llevaba cargado como si fuera su bebé para sacar pecho de su «nuevo hijo» frente a los demás ejemplares de su especie.
Sin duda, sin saberlo han dado al mundo la lección más poderosa de solidaridad y amor desinteresado. No dejes de compartir esta ejemplar historia con tus seres queridos.