A lo largo de la vida nos encontramos con historias que sin querer se hacen inolvidables. Es posible que esta sea una de ellas por tratarse de un hombre que ayudó incondicionalmente a dos pitbulls hasta el final. Tras varios días de tenerlos en el patio de su casa tuvo que realizar una desgarradora llamada a un centro de rescate local indicando que había dos perritos que necesitan un hogar pero él no podía adoptarlos.
Se trata de una perrita y un perrito de mediana contextura.
Él no podía adoptarlos porque tiene un perrito en casa y temía que al ser de temperamentos tan distintos no se llevaran bien. Por lo que tuvo que llamar a Hope For Paws para contarles sobre los perritos.
El hombre comenta que si bien los perritos se acercaron, el pitbull macho desconfía de las personas por lo que le llevó más tiempo confiar en el buen samaritano.
Llamaron a los perritos Irene y George.
Cuando llegaron los rescatistas, la perrita salió corriendo de alegría para recibirlos con suaves lamidos, ellos la saludan felizmente mientras disfruta de algunas golosinas que le obsequiaron.
Por su parte, George se queda atrás mirando con desconfianza lo que pesa, en ese momento el hombre les comenta que el perrito es un poco temeroso.
El hombre recibió a los rescatistas con lágrimas en los ojos.
Desde que el hombre estuvo ayudando a los perritos crearon un vínculo especial, realizar la llamada es una de las cosas más difíciles que ha hecho.
Incluso siente que traicionó a George al entregarlo a los rescatistas, pues solo confiaba en él. El amante de los perros no pudo evitar llorar en la despedida.
«Me siento tan horrible. Me gané su confianza y ahora lo estoy apuñalando por la espalda. Lo siento hermano. Lo siento mucho ¿de acuerdo?”
Esto sin duda, fue un momento desgarrador para el hombre quien no vio más alternativa sino entregarlos al centro de ayuda canina, donde le darán toda la atención que necesitan y lucharan por encontrarles un hogar.
Durante el tiempo que los perritos estuvieron en la calles fueron maltratados por algunos niños que le lanzaban piedras, en el hombre encontraron consuelo y un hogar de acogida que los trató con total amor y respeto. Por ello, entregarlos fue muy doloroso para el hombre.
Irene y George son dos perritos que no han tenido una vida fácil.
Los rescatistas se acercaron lentamente a los perritos, Irene estaba muy receptiva por lo que no tuvo ningún inconveniente en subir al auto, George un poco más temeroso siguió a su amiga incondicional.
En el centro de rescate los perritos recibieron un buen baño y le realizaron algunos exámenes, para sorpresa de los rescatistas George fue diagnosticado con cáncer de hueso. Su estado no avanzó gracias a las acciones del hombre amable que le ofreció una calidad de vida un poco mejor.
Están recibiendo terapias y clases de comportamiento.
Para evitar que el cáncer se propagara por todo su cuerpo el veterinario tuvo que amputar una de sus patitas. George salió muy bien de la operación y se recupera rápidamente.
Con lágrimas en los ojos el hombre lamenta no poder quedarse con los perritos.
No sabemos cuánto tiempo llevan estos perritos juntos pero cuando se encontraron después de la operación de George ambos saltaban de alegría moviendo de un lado para otro su colita, un gran signo de desbordante felicidad.
Gracias al hombre que los ayudó hasta el final estos perritos tienen una segunda oportunidad.
Los dos perritos están siendo atendidos por el personal de Hope For Paws. Poco a poco George ha aprendido a confiar en las personas, no imaginamos el trauma tan terrible por el que pasó para que actúe de esa manera.
Por suerte, ya está en terapia y ha revelado ser un perrito muy cariñoso. Esta pareja es muy unida por lo que se espera que sean adoptados juntos. Si estás interesado en cambiarle la vida a estos peluditos, puedes ingresar al sitio web de Guardian Angel Pets.
Todos los perritos merecen una segunda oportunidad. Por favor, comparte esta historia en tus redes y hagamos posible encontrarle una familia a dos perritos que solo quieren ser amados.