Sabemos de sobra que los perros son los seres más maravillosos y leales que existen. Nos han dado innumerables muestras de que por sus dueños harían lo que fuera, hasta dar su propia vida si fuera preciso.
El vínculo que se crea con un perrito apenas llega a un hogar es indescriptible, no se diga cuando una mascota ha pasado su vida entera junto a sus dueños. Lo que guardan en su corazón tiene tanto valor, que definitivamente no concebirían una vida diferente que con esa familia, por quien profesan amor incondicional.
Pero tristemente, del otro lado de la historia, algunos dueños tienen una piedra por corazón y por menos que nada no dudan dos veces antes de abandonarlos. Y peor aún, decidir acabar con su vida por la más absurda de las razones.
Era lo que iba a pasar con los pobres Cosmo y Sam, 2 fieles perritos mayores, que vivieron 10 años junto a su dueño
Cuando su dueño los trepó al auto iban felices, pensaban que sería un día de divertido paseo, pero no imaginaban que los planes de su humano favorito eran los peores de este mundo.
Al joven no le tembló la mano para bajarlos del coche y entregarlos en el veterinario con una clara petición: que los pusiera a dormir para siempre. ¿En serio?
Ellos le dieron todo su amor, y al parecer, el hombre también llegó a quererlos mucho. Eran perritos sanos, cuidados y felices. Hasta que una horrible mujer llegó a su vida, y con la excusa de que ella les tenía alergia, le hizo escoger: o ella o los perros.
Desgraciadamente, el hombre escogió a la mujer y en lugar de, ultimadamente, llevarlos a un refugio, optó por pedir la «eutanasia de conveniencia».
La eutanasia de conveniencia se da cuando los dueños acuden a ese recurso para sacrificar a una mascota sana porque ya no encaja en sus vidas.
Para fortuna de los perritos, se encontraron con un veterinario compasivo, el Dr. Matt Cantrell, que lógicamente no quería convertirse en asesino y en lugar de sacrificarlos, llamó a una organización de rescate, Begin Again Rescue Co, para que hicieran algo.
“Aparentemente hubo un cambio en sus planes de vida, y no fueron parte de eso. Fue realmente triste», dijo Penny Emerson, presidente de Begin Again Rescue Co.
Allí inmediatamente fueron rodeados de amor y cuidados, pero se dieron cuenta que al ser perros mayores, sería muy cruel separarlos. Así que se empeñaron en buscarles un hogar juntos, pero sabían que no era una tarea sencilla.
La Sociedad de Bienestar Animal de Illinois intervino y no tardó en contactarse con Eric y Tiffany Dybas, una pareja que estaba devastada por haber perdido a su perrito recientemente y no dudaron en adoptar a Cosmo y Sam.
Ahora Cosmo y Sam gozan de un hogar lleno de amor, pero definitivamente no ha sido fácil reparar su corazón herido. Sin duda, echan de menos a su antiguo dueño, y es desgarrador que les hayan hecho algo así.
Lo cierto es que ese sujeto no los merece, y ojalá que cuando sea anciano sus hijos no le pidan al médico «dormirlo» porque ya sea un estorbo. Pero sería lo justo, ¿no lo crees?
«Cada vez es más común que vengan dueños con las razones más absurdas pidiendo la eutanasia: mudarse, obtener muebles nuevos, divorciarse, perder el trabajo, daños a la propiedad o que ya se cansaron», afirma Cantrell.
Nos alegramos que Cosmo y Sam se hayan librado de ese monstruo de dueño, tarde o temprano habrían sido víctimas de maltrato. Comparte esta noticia para crear conciencia, no puede ser que las personas sigan viendo a las mascotas como cosas y peor aún que ordenen acabar con su vida.