Sabrina Plannerer compró un terreno donde se estaba construyendo una gasolinera, pero para su sorpresa el lugar no estaba vacío, ya había un residente en ese sitio, se trataba de un perro que había sido abandonado en ese lugar quién sabe hace cuánto tiempo y se rehusaba a marcharse.
Apenas Sabrina vio al perro, fue casi amor a primera vista; el perro no tenía que mudarse a otro lugar pues Sabrina lo convertiría en su mejor amigo, ella no esperaba que la gasolinera que compró en la ciudad de Mogi das Cruzes, Brasil, viniera con este inquilino sorpresa.
Era muy claro que el perro había sido abandonado allí y que ya tenía tiempo en ese lugar; probablemente, el animal seguro no abandonaba el lugar por la esperanza de que sus dueños regresaran en algún momento por él.
Al principio, Sabrina intentó que el perro se marchara en caso de que perteneciera a alguien cercano a la construcción; pero al notar que él no se iba, no tuvo más opción que tomarlo bajo su ala y adoptarlo.
Ella lo llamó Negão, lo llevo al veterinario para que lo revisaran y vacunaran, Negão finalmente tuvo amor y cuidado, comida, un lugar para vivir y una correa para dar largos paseos, pero eso no era todo.
Eventualmente, la construcción acabó y llegó la hora de abrir la gasolinera; Negão era parte de ese lugar, así que Sabrina le dio al perro un trabajo muy especial en la gasolinera y lo está haciendo de maravilla.
El perro cumple su trabajo muy bien, incluso tiene su propia identificación que lleva con orgullo en el trabajo. Sabrina no estaba segura de cómo Negão manejaría el agitado ambiente de la gasolinera, pero pronto fue evidente que él lo hacía con mucha naturalidad.
«Negão espera a que la gente llegue y luego sube a saludar, se los gana con sus encantos, los clientes lo aman y algunas personas incluso le traen juguetes», dijo Sabrina Plannerer.
A pesar de que Negão es un empleado más en la gasolinera, necesita cuidado y compañía, por lo que siempre hay alguien que se encarga de él para que no se sienta solo y pueda jugar en sus momentos libres.
Sabrina cuida muy bien de Negão y su agenda está bastante ocupada, pues cuando no está trabajando en la gasolinera, sale a dar paseos junto a su querida ama.
Negão es un perro muy feliz, ya no recuerda esos días tristes de cuando fue abandonado, cada día disfruta de compartir con todos en su trabajo y lo demuestra con una gran sonrisa en su rostro.
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