Es cierto que todos los perros son excepcionales y algunos, más que otros. Lily es una perrita de raza pitbull que demostró a muchas personas que no nos podemos dejar llevar por las apariencias.
Esta pequeña fue rescatada de un patio trasero en Staten Island, Nueva York. Fur Friends In Need fue la institución que se hizo cargo de la cachorra de solo 4 meses de edad.
La adorable Lily cuando fue rescatada con solo 4 meses
Al ver que se trataba de una criaturita amorosa y traviesa, supieron que tenía oportunidades de sobra para encontrar un hogar.
En muy poco tiempo una familia se interesó en Lily. Estas personas tenían en casa a otros dos perros sumamente juguetones y amorosos, por lo que pensaron que Lily sería la compañera ideal para ellos.
Aparentemente todo iba bien, pero pronto descubrieron que Lily no era lo que parecía. La nueva familia de Lily notó que la perrita era ligeramente agresiva con los otros perros y aunque trataron de manejar la situación del mejor modo posible, las cosas se salieron de control.
Por desgracia para Lily, la perrita volvió al albergue cinco meses más tarde y las personas de Fur Friends In Need supieron que tenían que hacer algo para ayudarla.
Amorosa y juguetona, fue adoptada con facilidad, hasta que empezaron los problemas
Lily es una de esas mascotas que parece ser completamente normales, pero que realmente necesita de una ayuda especial y de personas que estén dispuestas a entender sus necesidades.
La pitbull fue enviada de inmediato a un programa de entrenamiento, financiado por una institución externa al albergue y pronto se dieron cuenta de cuál era su problema: Lily es muy sensible y la proximidad repentina de otros perros, la ponen muy nerviosa.
Con estímulos positivos y recompensas, los especialistas se encargaron de enseñar a Lily a tolerar la presencia de otros perros. Afortunadamente, la perrita aprendía sumamente rápido y fue muy sencillo trabajar con ella, fortalecer su confianza y su tolerancia.
Gracias al trabajo de los entrenadores, fue posible lograr que la atención de Lily se centrara más en la compañía de los humanos, al punto de llegar a ignorar a los otros perros a su alrededor.
Su afecto es incondicional con los humanos, pero es sensible y nerviosa a la presencia de otros perros
Esto la hizo menos sensible a la presencia de animales semejantes y redujo las posibilidades de ataque, sin embargo, Lily no es una perrita como cualquier otra y debe ser amada y aceptada tal cual es.
Ella debe ser adoptada por una familia que entienda que Lily debe ser la única mascota en casa, al menos de raza canina, pues para sorpresa de todos, esta pitbull es bastante amorosa con los gatos.
Mientras Lily espera a su familia para siempre en el albergue, las personas encargadas del refugio la mantienen con un bozal cuando otros perros se encuentran cerca, de este modo se ahorran peleas innecesarias y situaciones que entorpezcan el proceso de aprendizaje de la mascota.
No cabe duda de que Lily va en vías de ser una “hija única” amorosa y excepcional.
El uso de un bozal preventivo impide que Lily se meta en problemas y cause inconvenientes
Si tú, al igual que otros tantos, comprendes que cada perro merece una segunda oportunidad, no dudes en compartir esta historia.