Mientras que la pandemia de Covid-19 continúa haciendo estragos en la vida de millones de personas, parece que para la especie animal existe un mal aún peor y paradójicamente es precisamente el hombre. En medio del furor y reclamos de grupos animalistas, en Botswana se anunció el inicio de la temporada de caza de elefantes 2021.
Al final de este año, al menos 287 paquidermos habrán sido “sacrificados” en el país para llenar los bolsillos de todos aquellos que se lucran con esta industria del dolor.
Las personas que gozan con esta práctica cruel deben sentirse felices.
La noticia fue dada a conocer por el director del organismo público responsable de Vida Silvestre y Parques Nacionales del mencionado país, quien recordó que la temporada del año pasado se vio suspendida debido a la llegada de la pandemia.
Sin embargo, y en consideración a una especie de control sobre este virus en el país africano, este 2021 no hay nada que impida la cacería de estos animales.
Los proteccionistas de la vida animal lamentan esta noticia.
Este país ubicado al Sur de África alberga a unos 130.000 elefantes y por un período de cinco años mantuvo una prohibición de cacería ilegal, en buscaba frenar la disminución acelerada de las poblaciones de elefantes y otras especies.
Lamentablemente, en el año 2019 la prohibición se levantó y la cacería volvió a tener lugar en el territorio de manera legal.
El covid-19 le dio un respiro a los paquidermos el año pasado.
El gobierno del país ha visto en la cacería legal una fuente de ingresos que aseguran sirven a diversos proyectos ambientales.
Ante los ojos de muchos animalistas este es un costo bastante alto, pues temen las cuotas por caza no correspondan a la población real de elefantes. Es decir, que ese dinero que invierte un cazador por cegar la vida a los paquidermos no cubre para nada la posibilidad de que la especie se extinga.
¿El dinero puede compensar la vida de tan majestuosas criaturas?
El asunto es bastante polémico pues a los proteccionistas no les deja de parecer descabellado todo este asunto.
No obstante grupos importantes como la Asociación de Productores de Vida Silvestre de Botswana (BWPA), que reúne a los profesionales de la caza, vio con alegría el anuncio.
Cientos de elefantes mueren anualmente en manos de cazadores.
Según informó la BWPA clientes de todo el mundo ya han comenzado a contactarlos para reservar sus cupos en esta triste temporada de cacería.
“Desde que abrimos esta mañana, hemos tenido clientes en el campo, algunos de lugares tan lejanos como Estados Unidos”, dijo un portavoz de la BWPA el pasado 6 de abril.
Esta noticia es recibida por muchos con el corazón destrozado, mientras adinerados cazadores de trofeos están decididos a pagar las sumas que les pidan con tal de obtener el permiso legal para sacrificar a un animal.
Lamentablemente, aunque la peste arrope al mundo el hombre parece seguir respondiendo a sus instintos oscuros y egoístas.
Una noticia que se acoge con profunda tristeza y debe ser denunciada, no te quedes con esta nota compártela y que los poderosos vean que en el mundo sí existe quienes reclamen los derechos d de los animales.