Una rescatista llamada Audrey recibió una llamada sobre un gatito que se encontraba en la calle. Era un pequeño que no paraba de maullar y parecía pedir ayuda desesperadamente a todos los que se cruzaban en su camino.
Audrey no lo pensó dos veces y acudió de inmediato al lugar, bastó darle un simple vistazo al minino para quedar completamente enamorada de él. Era claro que necesitaba ayuda y que se encontraba muy débil.
Algunos gatitos pueden resultar muy aterrados y escondidizos cuando son rescatados. Sin embargo, este peludito era todo lo contrario. Comprendió de inmediato que Audrey había llegado para salvarlo y se negaba a separarse de ella.
Comenzó a seguirla a todos lados tambaleando y maullando sin parar hasta lograr llamar su atención, la dedicada rescatista lo llevó al veterinario y allí comprobó que la situación del pequeño era mucho más grave de lo que habían pensado.
El gatito sufría de labio leporino y eso hacía que su naricita luciera muy peculiar. Pero eso no era todo, también lo diagnosticaron con hipoplasia cerebelosa.
Esta condición neurológica juega un papel importante en sus habilidades motoras y es la razón principal por la que el pequeño se tambaleaba y presentaba muchas dificultades para moverse de un lugar a otro.
La mayoría de los gatitos que sufren esta condición presentan claros síntomas como temblores y dificultades para moverse.
“Notamos que no podía caminar correctamente. Se caía una y otra vez. Estaba un poco confundido pero no tardó en mostrarse amable y juguetón”, explicó Audrey.
Con ayuda de la Fundación Murphys Safe Haven, Audrey le brindó al gatito toda la ayuda que necesitaba, decidió llamarlo Oink y le abrió las puertas de su casa como hogar temporal.
El hermoso peludito ha forjado una relación muy especial con ella.
Pasa el día entero haciendo travesuras, y cuando llega la hora de la noche se acurruca tiernamente para dormir en la cama junto a Audrey.
“Algunos creerán que es diferente, pero él es perfecto ante mis ojos. Le daré la mejor vida” prometió Audrey.
Este hermoso gatito es una prueba más de que todos los animales merecen una segunda oportunidad sin importar lo delicado que pueda ser su estado de salud. Ellos siempre nos agradecerán con muchos pelitos y amor. Lo mejor de todo es que la situación de este hermoso gatito sigue mejorando cada día más.
La nariz de Oink es lo que lo hace más especial. Comparte esta historia que nos recuerda la importancia de amar a todos los animales sin importar su condición.