A los animales rescatados y llevados a refugios, generalmente les es difícil adaptarse; tal cual como a los humanos, los cambios los asustan y los sacan de su comodidad. Pero todo depende del animal, hay algunos que se desenvuelven como pez en el agua mientras que a otros les cuesta acoplarse a un nuevo entorno.
Imogen era una pequeña gatita que fue llevada a un refugio para animales al oeste de Los Ángeles en el año 2014, ella era bastante tímida y no le gustaba mucho el contacto humano, por más que trataban de acercarse a ella el progreso no era mucho y cada vez parecía tener más miedo.
Al ver que el contacto con humanos no era lo suyo, intentaron acoplarla con los otros gatos del refugio, pero esto tampoco funcionó, la gatita se mostraba agresiva y bastante gruñona con los demás gatos. No entendían lo que le pasaba y tampoco sabían si encontrarían la manera de que la minina se sintiera cómoda.
Pero las cosas cambiaron repentinamente cuando Casey Christopher, una chica fotógrafa, visitó el refugio para adoptar un gatito, uno de los trabajadores del lugar le mostró a los dos gatitos más pequeños y entre esos estaba Imogen, quien apenas al ver a Casey supo que había algo especial en ella.
La gatita se acercó a esta chica de manera inmediata, nadie podía entender lo que sucedía, no se podía tratar de la misma gatita tímida y nerviosa, pero tanto para Casey como para Imogen las cosas estaban claras y ambas se enamoraron la una de la otra en el instante en que se vieron.
Vi a Immy y estuve con ella durante menos de cinco minutos cuando decidí llevarla. Es una extraña sensación de saber que es la persona adecuada”, cuenta Casey.
A esta tímida gatita solo le hacía falta conocer a la persona ideal, pues apenas se mudó con Casey a su nueva casa, su tímida y nerviosa personalidad empezó a cambiar para convertirse en una personalidad brillante y difícil de ocultar.
Ella grita por golosinas, vive para comer. Sus pupilas se dilatan tanto cuando come golosinas que es gracioso. Se acerca a los perros y los aparta de su camino para que pueda estar más cerca de mí”, relata Casey.
La conexión que desarrollaron estas dos chicas fue inmediata y se ha mantenido durante estos años.
Desde que esta gata llegó a la vida de Casey las cosas cambiaron radicalmente, esta minina la inspiró para empezar a hacer las cosas un poco mejor.
Desde que Imogen está con Casey, ella decidió hacer algo por la causa animal y se convirtió en fotógrafa para refugios de animales.
Su gatita la inspiró de tal manera que desde que tuvo en brazos a esta peludita de ojos brillantes, supo que debía contribuir para que más gatitos encuentren un hogar feliz, así como pasó con Imogen.
“Tenemos una conexión realmente profunda, ella puede calmar mi ansiedad como nada ni nadie más lo hace. Estoy eternamente agradecida de que sea mía. Realmente cambió mi vida por completo”.
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