La llegada de un bebé en casa puede despertar controvertidos episodios de celos en los hermanos mayores o incluso en las mascotas. De este modo le ha sucedido a Flynn, una gatita protectora que ha empezado a marcar su territorio desde la llegada de su nuevo hermanito.
Rachel Franzen es la madre de Flynn y siempre la ha considerado una gatita dormilona y lista pero desde su embarazo descubrió una nueva cualidad en ella.
Flynn se convirtió en una gatita protectora y solía acompañar a Rachel por toda la casa durante su embarazo. La futura madre tenía la sospecha de que la felina podía comprender perfectamente lo que estaba pasando pues se volvió su sombra y su respaldo durante las noches de insomnio.
Cuando nació Rory, Flynn estaba feliz con su nuevo hermanito y también a él comenzó a acompañarlo para brindarle protección. Además, con Rory llegaron nuevos juguetes que a la gatita parecen haberla enamorado.
Fue en ese momento que los celos comenzaron. Flynn disfruta al máximo los muñecos de su hermano pero hay algo especial de lo que se ha apoderado.
Se trata de la silla mecedora del bebé, que la gatita ya ha tomado como suya. Flynn encontró el lugar perfecto para volver a su antigua vida de dormilona y disfruta mucho del cómodo objeto.
«Flynn está en la hamaca todas las mañanas. Definitivamente cree que es suyo. Se sentará allí y rodará boca abajo y querrá que le froten la barriga. Es su lugar para dormir después del desayuno», dijo Franzen.
La madre solía poner al bebé en el gorila todas las mañanas para poderlo observar desde el baño, mientras ella se alistaba pero cuando iba a colocar al Rory ya Flynn había armado su campamento. Para ella ese era su espacio y no había modo de sacarla de la mecedora.
En ese momento la madre ideó una forma de establecer la tregua entre los hermanitos. Era claro que Flynn no estaba dispuesta a tirar la toalla.
Como toda mamá a Franzen le ha tocado hacer de arbitro pero para ser justa no entrar en conflicto, ahora sólo deja a Rory sobre Flynn para que los chicos aprendan a compartir.
«Flynn ama a Rory, así que lamió la mano de Rory y después comenzó a arreglarse. Cuando obtuve mi teléfono para tomar fotos, él sólo me miró a mí y a Rory. Si no hubiera movido a Rory, Flynn se habría quedado así todo el día», dijo Franzen.
Evidentemente en las imágenes se observa que Flynn estaba verdaderamente cómoda, en ese punto tenía todo lo que quería: la atención de mamá, la compañía de su hermano y el lugar más cómodo de la casa. Con un trato así ¿qué más podría pedir la mimada gatita?
Después de la sesión de fotos, seguro vendrán muchas más pues Flynn no parece estar dispuesto a abandonar su trono y seguro Rory también se acostumbrará al espacio. Sólo esperamos que el pequeño no crezca mucho estos días, mientras sabemos que los hermanitos están aprendiendo a compartir de la mejor manera.
Comparte esta adorable historia y muéstrales a tus amigos el lado tierno de los gatitos. No sólo los perritos son animales leales.