No es secreto para nadie las terribles condiciones a las que se enfrentan día a día millones de perritos en la soledad y el frío de las calles.
Lo peor de todo es que no es su culpa; en la mayoría de los casos, fueron mascotas que le pertenecieron a una familia. Pero por la ingratitud y corazón despiadado de sus dueños, terminaron en ese desamparo y triste destino.
Sin embargo, afortunadamente, siempre aparecen verdaderos ángeles para reparar en algo tanta injusticia. Es el caso de un conocido sacerdote brasileño, amante de los animales, que se ha vuelto viral por su gesto sin precedentes con los callejeritos.
João Paulo Araujo Gomes es el cura de la Parroquia Sant’Ana, en el municipio brasileño de Gravatá, que ha dado tanto de qué hablar en los medios locales
Muchos feligreses quedaron desconcertados cuando un día en plena misa vieron desfilar a algunos perritos que parecían estar muy a gusto en la «Casa de Dios». En un principio, todos pensaron que el cura no tardaría en echarlos de la iglesia, ya que interrumpían la ceremonia, haciendo de las suyas.
Pero poco después, lo que vieron los dejó gratamente conmovidos. Se trataba de algunos perros callejeros, que días antes habían llegado corriendo a la parroquia en busca de protección.
Las puertas de su iglesia siempre estarán abiertas para ellos.
Esperanzados en que alguien les tendiera una mano y llenara su barriguita vacía, no se imaginaban que no pudieron haber elegido mejor lugar para pedir ayuda.
El sacerdote entendió que eran inocentes criaturas de Dios, que no tenían la culpa de haber terminado en la soledad y el abandono. Así que rápidamente los acogió en la parroquia, y les dio abrigo y comida. Sin embargo, otros peluditos llegaron en estado lamentable, por lo que el padre João se aseguró de llevarlos al veterinario para que fueran atendidos.
Su amor no es de palabra, sino con obras y de verdad… Su ejemplo vale más que 1.000 sermones
Fue así como algunos de los afortunados perritos terminaron siendo adoptados por el mismo sacerdote. Pero todavía quedaba mucho por hacer por todos los demás…
«Ayudé a varios perros con problemas de salud graves. Algunos de ellos los traje a la casa parroquial y luego fueron adoptados. Tres de ellos se quedaron conmigo. Hoy son mis hijos y duermen en mi cama», cuenta el sacerdote.
Enseña a sus fieles el valor de las mascotas y el amor que le debemos a todos los animales
Un día, unos feligreses acudieron a su parroquia para vender galletas cuyos fondos irían a obras de caridad. Fue entonces cuando el sacerdote les propuso recoger a los perritos, adoptarlos y permitirles que estuvieran en la iglesia. Ahí empezó su grandiosa labor con los callejeritos, que sigue creciendo día a día, y para la que sobran las palabras.
Parte de su misión es atender un comedor para los callejeritos que funciona los 7 días de la semana
Al ver que estos perritos merecían una vida feliz en un hogar para siempre, decidió «estratégicamente» permitir que aparecieran en misa. Parte de sus sermones se dedica a hacer el mejor marketing de los peludos, para tocar corazones y conseguir que sean adoptados.
En su cuenta de Instagram el sacerdote comparte fotos y vídeos de los perros que acoge y que en muchos casos encuentra heridos en las calles.
«Papá quiere ver las noticias, pero Cecilia quiere ver dibujos animados», escribió el padre junto a un video que conmueve a sus más de 10.000 seguidores.
View this post on Instagram
«Siempre podrán entrar, dormir, comer, beber agua y encontrar refugio y protección, porque esta casa es de Dios y ellos son de Dios», concluye.
No te vayas sin compartir el hermoso testimonio de este hombre ejemplar que debe ser imitado por el mundo entero. ¡Necesitamos más sacerdotes así!