El amor materno no es exclusivo de la raza humana, también lo expresan los animales. Como la madre koala que salvó a su pequeño de ser quemado en los incendios de Queensland. Pero eso no es lo más conmovedor, el mundo ahora celebra que pronto serán liberados a su hábitat donde más les gusta estar, plenamente libres.
La mamá koala y su pequeño bebé que fueron rescatados hace un par de meses de los terribles incendios forestales ocurridos en Canungra, Queensland, han causado mucha ternura, después de que sus fotografías corrieran por las redes sociales.
Los incendios han sido devastadores
En ellas se veía cómo la madre sentada en un pequeño tronco protegía con su propio cuerpo a su bebé, trataba de evitar que las llamas llegaran a él. Sabía que el pequeño no podría escapar, por eso decidió quedarse a su lado, resguardándolo de todos y de todo.
Ainslee, la madre koala de nueve años, se está recuperando muy bien de las quemaduras recibidas en sus patas, y su pelaje ha crecido. Mientras que Rupert, su bebé, apenas inhaló un poco de humo.
Fueron rescatados del inclemente fuego que arrasaba todo a su paso
Ambos fueron rescatados y llevados a RSPCA Queensland, recibieron atención y tratamiento médico. En vista de su notable mejoría, pronto serán devueltos a la naturaleza, donde realmente pertenecen.
Ainslee demostraba en todo momento su preocupación por Rupert, lo cuidaba constantemente.
La fotografía recorrió el mundo
«Ella es una buena madre, siempre tuvo su mano sobre él, su brazo alrededor de él», expresó Sam Longman, una cuidadora del hospital RSPCA.
En todo momento le demostraba su cariño y cuando algo le pasaba sufría.
Es una madre ejemplar
«Ella lo abrazaba constantemente. Si él se mete en un aprieto y comienza a gritar, que es el equivalente koala del llanto, se pone muy alerta y receptiva», agregó Longman.
La recuperación fue rápida por los cuidados que recibieron, a Ainslee se le daban diariamente suplementos alimenticios y vitaminas, también se alimentaba con hojas de goma, eso contribuyó a que las cicatrices sanaran.
Muchas personas ayudaron con donaciones
Rupert ya tiene doce meses, y como cualquier koala de su edad, ha comenzado a hacer enojar de vez en cuando a su mamá. El pequeño es muy travieso y está iniciando la fase de juegos. Le da por morderle la cara, las piernas, los brazos y las rodillas a su madre. En ocasiones, termina molestándola tanto, que Ainslee se irrita y le gruñe.
Sam Longman esperará dos meses para liberarlos, quiere que Rupert esté más independiente. Al año y medio, la mayoría de los koalas bebés se independizan de sus madres.
Aunque en el fondo le preocupa el día que los suelten, el lugar donde estaban quedó devastado por los incendios. Centenas de koalas que vivían en la reserva costera en Nueva Gales del Sur perdieron la vida.
La población de koalas en toda Australia ha disminuido notablemente a raíz de los incendios. Pero, lo más importante ahora es que muy pronto Ainslee y Rupert volverán a vivir en su hogar, y a vivir la vida que les corresponde.
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