El mundo está en constante evolución y por supuesto no podemos quedarnos con ideas arcaicas que eran consideras como lo mejor en un pasado.
Es bien sabido que los caballos forman parte de nuestra historia desde hace miles de años, teniendo un papel fundamental, de la agricultura a la guerra, pasando por el transporte y otras labores.
La mujer es de Surre, Inglaterra.
Si bien jugaron un papel importante en los albores de la civilización humana, en algunas partes del mundo al parecer se quedaron con las ideas del pasado y los siguen usando como medio de transporte.
Acciones que desde luego no dejan de señalarse como crueldad animal aunque para los dueños no lo sea y consideran la presencia del noble ejemplar como parte de la tradición del país.
Durante los últimos 35 años Jenny se mantuvo gracias a su local turístico.
Este es el caso de Jenny Roberts, una mujer que se vio obligada a cerrar su negocio turístico por dos contundentes razones, la ribera el río Wey donde circulaba el bote jalado por un caballo se volvió insegura para los animales, y no toleró que los peatones la insultaran y criticaran juzgándola por abusar de los caballos.
Durante más de tres décadas Jenny llevaba a turistas a dar una vuelta por el río Wey montados en un antiguo y pintoresco bote.
La compañía tiene por nombre Godalming Packetboat Company.
Si bien la idea de pasear en bote suene realmente atractiva lo que realmente hace ruido es que utilizara caballos para moverlo.
Debido a fuertes presiones locales, Jenny se vio obligada a cerrar su negocio y prestar sus caballos a otra empresa.
Los caballos realizan trabajos forzosos mientras sus dueños se excusan que se trata de una “tradición”.
Desde luego que la mujer se defiende argumentando que por años sus caballos han realizado ese trabajo y están formados para ello.
Al respecto Jenny comenta:
“Ellos no entienden, es un trabajo fácil para un caballo. Hasta yo podría jalar ese bote, está sobre el agua así que no es pesado. Es mucho más fácil esto para los caballos que alguien los monte, es mucho menos desgaste.
Estos son caballos grandes y pesados, fueron criados para esto, adoro a mis caballos, y me duele mucho cuando me acusan de ser cruel hacia ellos. Hay un minuto en el que piensas que simplemente ya no puedes seguir aguantando”.
Aunque Jenny destaca que nadie está más triste que ella, ya que ha dedicado gran parte de su vida al negocio turístico, no puede negar el descontento por parte de la comunidad quienes ya no toleran que use a los caballos para este tipo de paseos, manifestándose en contra de esta medida.
Si como sociedad hemos avanzado también debemos transformar esas ideas arcaicas que durante años nos han acompañado. Esto es maltrato animal disfrazado de tradición. Ya basta de tratos injustos hacia los animalitos. ¡Comparte!