Verlos volar sobre la Opera House es un espectáculo icónico y maravilloso en Sydney, Australia. Con sus hermosas y brillantes alas negras, los zorros voladores están siendo olvidados tras los incendios incontrolables que nos han arrebatado cientos de especies endémicas del país oceánico.
Entre los escasos mamíferos placentarios autóctonos de Australia, en las zonas húmedas del norte y este del país destacan los Pteropodidae, más conocidos por su nombre vulgar de flying foxes, o zorros voladores.
Existen al menos cuatro especies de estos animales en Oceanía, siendo muy abundantes en las zonas selváticas e inundadas del Norte del territorio australiano.
Estos grandes murciélagos no son, precisamente, animales “bonitos” o fotogénicos, pero al igual que miles de canguros, koalas y aves, están sufriendo los embates de la catástrofe que, desde septiembre del año pasado se ensañó con el ecosistema de Australia y del planeta todo.
Lo que una vez fueron amplias llanuras y bosques habitados, sin duda, ya no volverán a ser los mismos. Más de 4 mil 500 zorros voladores han muerto por efecto de las altas temperaturas y la inclemente sequía que agobia al país desde hace meses.
Esta especie poco agraciada y un tanto intimidante para algunos, ha sido dejada en el olvido y por eso la necesidad de hacerlos visibles ante la comunidad mundial. Estos zorros voladores de cabeza gris viven en el parque Yarra Bend, ubicado en Melbourne, Australia.
Con un excelente sentido de la vista y, teniendo el de la ecolocalización bastante menos desarrollado que el resto de las familias, estos aviadores se establecieron en la región justo antes de los incendios, de los cuales, ya no pudieron escapar.
El cuerpo de esta especie no tiene la capacidad de soportar grandes temperaturas, por lo que, durante la noche más calurosa registrada murieron 4 mil 500 especímenes, lo que representa el 15 por ciento de la población total de estos animales que, aunque no fueron víctimas de las llamas, dejaron muy claro el efecto que causa el aumento exacerbado de las temperaturas en la fauna silvestre.
Frágil y membranosa ala abierta de un zorro volador
Esto ha encendido las alarmas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, quien ha clasificado a esta especie como vulnerable a la extinción, por lo que hay que tener cuidados especiales.
“Corren el riesgo de acabar con la generación 2019 de murciélagos recién nacidos”, aseguró el profesor y biólogo Justin Welbergen.
Entre diciembre y enero se perdieron cientos de estos bebés voladores, ya que el periodo de su nacimiento es justamente en octubre. Sin embargo, gracias al esfuerzo de algunos voluntarios, se ha podido rescatar a unos 255 ejemplares, lo cual representa una cantidad significativa para la supervivencia de la especie.
“Si bien no es una gran cantidad, el rescate de estos animales abre una ventana a la esperanza”, añadió Welbergen.
La tragedia de estos amos del aire pone de manifiesto los peligros del calor extremo que, para algunas especies, puede resultar tan letal como el fuego. Grandes o pequeños, rápidos o lentos, los animales endémicos de Australia siguen siendo víctimas de las olas de calor y los incendios que arrasan el país a una escala sin precedentes.
Queda una gran labor por hacer para salvar y rehabilitar el cuerpo y el alma de todos los animalitos afectados. Por ello alrededor del mundo se han levantado varias campañas en su apoyo, como la de tejedores unidos por australia que está haciendo bolsitas incubadoras para estos peludos bebés pelirrojos australianos.
Comparte esta historia con tus familiares, amigos y seres queridos, y apoya a estos héroes anónimos cotidianos que han logrado salvar el futuro de los zorros voladores. Esperemos que los incendios puedan ser aplacados pronto y no haya más víctimas animales o humanas que lamentar.