Los chimpancés se caracterizan por su avanzada inteligencia comparándola incluso con la de los seres humanos, Manno es uno de eso primates que ha demostrado no solo su inteligencia sino su sensibilidad. Su historia comenzó en el 2014 cuando Spencer Sekyer viajó desde Canadá a África y medio Oriente para trabajar como voluntario.
Compartimos el 98 por cierto de nuestro código genético con los chimpancés.
Cuando Sekyer llegó al medio oriente se encontró con un zoológico, acá vio una de las escenas más tristes. En una jaula se encontraba un pequeño chimpancé quien transformaría por completo la vida del hombre.
Asustado y enfermo el pequeño Manno pedía ayuda.
Manno había sido robado de su hábitat y vendido a los propietarios del zoológico por la suma de 15.000$. Cuando no estaba encerrado en su pequeña jaula el tierno chimpancé los disfrazaban para ser fotografiado por los visitantes, también le daban dulces que lo enfermaban del estómago.
Cuando Sekyer lo vio sabía que el pequeño merecía una vida mejor.
El hombre tuvo que regresar a Canadá pero desde la distancia movió cielo y tierra para rescatar al joven chimpancé. Sekyer le hizo una promesa y la cumpliría toda costa. Para ello se puso en contacto con la primatóloga Jane Goodall, con su ayuda Manno tuvo un rayo de esperanza. OI Pejeta Conservancy en Kenia se involucró y trabajaron en equipo para rescatar al primate.
Sweetwaters Chimpanzee Sanctuary se convirtió en el hogar de Manno.
Tres años después del encuentro entre Sekyer y Manno, el chimpancé sería trasladado de manera segura al santuario. Antes de ser presentados con los otros animalitos pasó por un periodo de cuarentena para asegurar que estaba lo suficientemente saludable.
Afortunadamente, Sekyer estuvo cuando lo trasladaron a su nuevo hogar.
Quizá muchos dudaban sobre si Manno recordaría al hombre que le salvó la vida. Pero todas las incertidumbres fueron borradas cuando Sekyer lo recibió con las manos abiertas.
Un emotivo abrazo que llenó de nostalgia al hombre.
Este encuentro nos recuerda a Limbani, otro chimpancé que nació con neumonía y fue rechazado por su madre. Su ternura lo convirtió en el integrante favorito de la familia de Zoological Wildlife Foundation, en Miami. Sus padres adoptivos fueron Taina y Jorge, ellos estuvieron a cargo de su salud y darle todo el amor que el pequeño necesitó.
Limbani tiene su propia cuenta de Instagram donde demuestra todas sus habilidades.
Limbani y Manno ahora están en santuarios que velan por salud y seguridad. Muchos estaban preocupados por Manno porque nunca había compartido con otros de su especie, pero cuando vieron que empezó a jugar con otro chimpancé comprendieron que todo estaba bien.
Un rescate exitoso que culminó con abrazos y cosquillas.
Seguro estamos que Sekyer nunca olvidará el gran abrazo que Manno le dio. Entre ellos siempre habrá una hermosa conexión sin importar que se vean cada cierto tiempo. Estos primates confirman no solo su inteligencia sino su gratitud con las personas que los rescataron.
Comparte esta hermosa historia para que todos aprecien lo receptivos que son los animalitos cuando reciben nuestra ayuda.