Los perritos sin importar su raza o discapacidad siempre tendrán un lugar especial en nuestros corazones, algunas personas van mucho más allá y le dan un puesto especial dentro de la cultura. Ejemplo de ello, es un adorable perrito negro de piel arrugada sin abundante pelo, solo algunos mechones dispersos sobre su cuerpo que se ha convertido en patrimonio cultural de Perú.
Esta raza también es conocida como Viringo-Peruano.
El perrito lleva por nombre Sumac, que en lengua quechua significa “bonita”. Aunque algunos piensen lo contrario de Sumac, sin duda, se ganó el corazón de todos los ciudadanos. Ella y su otro fiel amigo Munay, que significa “amados por todos”, pasan sus días en la antigua pirámide de Huaca Pucllana, en Lima. Esta extraña y singular raza canina estuvo a punto de extinguirse hace algunos años, pero en el año 2000 el gobierno decretó que todos los perritos sin pelaje eran parte del patrimonio cultural nacional.
Algunos de estos perritos habitan en los lugares más emblemáticos e históricos del país.
En el 2001 el gobierno anunció que al menos un perrito de esta raza tenía que vivir en cada museo arqueológico presentes en toda la costa peruana. Mirella Ganoza es arqueóloga de una de las principales pirámides del país, comenta que tener estos perritos cerca es recuperar un pedazo de cultura que creían perdido, al poco tiempo se dieron cuenta que tenerlos en las pirámides es tener algo propio que tras cientos de años no ha cambiado.
También los llaman perros primitivos porque su genética no ha cambiado en miles de años.
Estos perritos fueron parte esencial en la época precolombina, eran reflejados en las pinturas y cerámicas de la cultura Inca, Moche, Wari y Chimú, incluso, algunos pobladores los consideran tan simbólicos como el Machu Picchu, uno de los principales santuarios históricos de la cultura peruana. A pesar, que hoy día hay menos ejemplares, en el año 1532 cuando los españoles llegaron a costa del Perú, estos perritos era muy comunes.
El 12 de junio se celebra oficialmente su día según el Comité de Nacional para la Protección del Perro Peruano sin Pelo.
Por mucho tiempo, los perritos se fueron aislando dentro de la cultura que incluso los mismos pobladores en algún momento pensaron que eran traídos de otros países, de mascotas peruanas se convirtieron en perritos callejeros calvos. Afortunadamente, todo cambió a partir de 1990 cuando distintas organizaciones comenzaron a defender sus derechos y poco a poco se ganaron del corazón de los ciudadanos hasta convertirse en patrimonio cultural.
Los perritos usan camisas con la bandera de Perú mientras se acercan sutilmente a los turistas.
Enhorabuena estos perritos lograron tener el lugar que se merecen, con su presencia logran resaltar no solo lo emblemático de la cultura, sino que son esencia pura de una genética que no se ha transformado con el tiempo.
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