Los perritos sin hogar son seres indefensos que luchan como pueden para sobrevivir. Por ese motivo, muchas personas se sensibilizan ante sus caritas desganadas y sus necesidades, y terminan ayudándolos. Algunos los rescatan, los adoptan, alimentan… Cualquier iniciativa es buena cuando se trata de hacer el bien y en Brasil un grupo de jóvenes voluntarios están marcando la diferencia por su generosidad.
Estas casas para perritos llegaron para invadir las calles de la localidad.
En Taubaté, Sao Paulo (Brasil), un grupo de personas con un corazón bastante grande han pensado hacer algo para darle a los sin hogar un mínimo de comodidad y protección. Para lograrlo están construyendo unas casetas bastante particulares y resistentes.
La idea es que estas tengan un largo periodo de durabilidad pues en la calle deben resistir los diferentes cambios climatológicos.
La iniciativa surgió de la mano de un estudiante.
Se trata de Luciano Gomes, un local que se prepara para obtener el título de ingeniería y desde ya está poniendo en práctica sus conocimientos. El joven fundó el proyecto «Serumaninho», con el cual los voluntarios se unen a la elaboración de las casas. La obra es completamente ecológica, aunque no por ello signifique que sean de mala calidad.
Al contrario, las casas son bastante resistentes.
Los perros beneficiados podrán dormir en unas casetas frescas y seguras, hechas de cartón reciclado, madera y plástico. Todos estos elementos son molidos y compactados para hacer láminas que luego son utilizadas para realizar las casitas.
Los voluntarios cumplen diferentes tareas en el proyecto pero sin duda que la mejor parte es ver a los perritos acurrucados durmiendo cómodos y calentitos, después de que las casas son instaladas.
También se les deja algo de alimento para llenar sus barriguitas vacías
La iniciativa de Luciano surgió después de ver al perro del vecino muriendo de frío en el patio y su mente se disparó.
En principio utilizó materiales de la obra en la que trabajaba y al ver que el asunto funcionó, fue optimizando su prototipo, hasta que se lanzó a las calles a darles casitas nuevas a tantos perritos sin hogar.
Para ellos es una verdadera bendición tener dónde dormir.
En el momento en que quiso expandir su idea, Luciano se dio cuenta de que necesitaba mano de obra y de allí fue reclutando a diferentes amigos y familiares que quisieron participar como voluntarios.
Ya en ese punto, el joven también decidió darle la respectiva formalidad al proyecto mediante un nombre que los identificara.
Fue así que nació Serumaninho.
Estos chicos no están lucrando con el proyecto, aunque sí han realizado una que otra casa especial para algunas personas que les piden hacerlo. Pero esos mismos fondos son utilizados en la construcción de otras casas para los perros sin hogar.
Es esa hermosa causa la que mueve realmente a Luciano y todo su equipo.
De hecho, para este chico no existe mayor satisfacción que saber que están ayudando a un animal desprotegido. Luciano también tiene mascotas y por eso se sensibiliza ante el dolor y las necesidades de estas criaturas.
“La sensación de ser capaz de ayudar a los animales es muy buena, es los perros de la calle o alguno que no tenga un hogar ideal para refugiar a los animales en casa. Creo que es como si fueran mis mascotas, pienso que sienten mucho frío”, expresó el joven.
Luciano no sabe con claridad hacia dónde podría caminar el proyecto pero espera seguir ayudando a muchos sin hogar:
“Queremos continuar con el proyecto y ayudar a tantos animales como sea posible”.
En solo dos meses, estos chicos habían elaborado 30 casas que fueron puestas en diferentes zonas de la ciudad. La idea es que sean utilizadas por los perros más necesitados, aunque claro que cualquier animalito es bienvenido en estos refugios.
Estas son las iniciativas que deberían mover por completo el mundo, por eso felicitamos a Luciano y a todo su equipo. Que su historia nos ayude a inspirarnos e inspirar a otros.