“¡Los peces son amigos, no comida!”, esa es una de las frases más icónicas de una reconocida película de Disney; sin embargo, este lema no ha hecho que los humanos disminuyan el consumo hacia los habitantes de la vida marina.
Todo radica que muy pocas personas ven en ellos potencial para ser mascotas como lo son nuestros amados perros o gatos, pero un hombre en Brasil ha demostrado lo contrario.
En una localidad de Minas Gerais, en el sudeste de Brasil, su población suele sobrevivir gracias al consumo de diversas especies animales que encuentran en la gran cantidad de ríos que atraviesa el lugar, siendo este su principal fuente de recursos alimenticios. Por esa razón, es costumbre que los jóvenes vayan hasta el río a pescar su cena de ese día.
De esa forma, un chico fue hasta el río a pescar, y tuvo la suerte de lograr atrapar a uno de estos animalitos. Así que después, fue a casa y le dio el animal a su hermano para que este preparara al pez para cocinarlo; pero, para su sorpresa, su hermano se negó rotundamente a su petición.
Y es que el hermano del joven aseguraba que él y el pez eran muy buenos amigos, y que por esa razón él no cobraría su vida, no lo cocinaría y, mucho menos, lo comería. Ni el joven pesquero ni el resto de la familia entendía cómo un humano podría considerar querer como amigo a un pez.
«Mi hermano se negó a comer este pez que estaba destinado al consumo. Cuando le pregunté por qué no lo había comido, me contestó que ahora eran amigos y mostró el afecto que habían desarrollado con el pez”, comentó el joven pesquero en sus redes sociales junto a un vídeo de su hermano con su nuevo amigo.
Ante lo inexplicable, la familia decidió observar con sus propios ojos a qué se refería el joven y grabó en vídeo la amistad que este chico había conseguido con el pececito. Así que los incrédulos familiares fueron hasta el estanque donde el joven demostró que el pez era su amigo.
Primero, el chico ahuecó sus palmas y su amigo, el pez, encajó en ellas perfectamente. Después de abrazar al pez con sus manos, el chico suavemente acarició sus escamas e incluso le dio un beso en su cabeza, y el pez parece disfrutar su amistad con el joven.
El vídeo ha sorprendido a miles de personas, demostrando que los peces pueden ser grandes amigos como lo son otras especies de animales. Muchos internautas coinciden en que el joven al acariciar sus escamas logra quitar varios parásitos que tiene el pez, haciendo que su actitud sea de gratitud.
Tú también puedes ver el zoorprendente vídeo, a continuación:
Este vídeo demuestra que todo ser vivo necesita un poco de amor, cariño y afecto porque el sentimiento más hermoso lo encontraremos de los seres más inusuales.
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