Nunca sabemos la lucha interna que lleva cada persona a diario, ni las circunstancias en que transcurren sus vidas, y es por esa misma razón que debemos ser amables con las personas, ya que nunca sabremos el efecto que podemos causar en ellos. Eso fue lo que hizo un joven al ayudar a un anciano y brindarle apoyo en uno de los momentos más difíciles de su vida.
Sam Coleman-Dancer es un joven de 19 años, que vive en Mississippi, Estados Unidos, quien en sus tiempos libres trabaja como vendedor en Ace Hardware, una empresa estadounidense especializada en la venta de artículos de ferretería. En un día cualquiera de trabajo, Sam se encontraba atendiendo a los clientes en la tienda, cuando un anciano se acercó hasta él buscando una herramienta en específica.
El anciano Milton Lowe, buscaba una pala, y Sam curioso por la búsqueda del hombre, le preguntó qué haría con dicha pala, ya que era un día caluroso y él ya era un hombre mayor para realizar cualquier tipo de actividad de fuerza mayor. Pero lo que Sam nunca esperó fue la historia que el hombre le empezó a relatar.
Milton estaba pasando por momentos difíciles en su vida. Era un ciclo lleno de emociones, su esposa acababa de vencer al cáncer, pero desafortunadamente, él estaba siendo diagnosticado y por consecuencia debía someterse a tratamientos de quimioterapia. Pero el mayor dolor del anciano se debía a que acababa de perder a su amigo, Bo, un pastor alemán que le sirvió como fiel acompañante en la montaña rusa que había sido su vida durante 12 años.
Debido a todo el apoyo que Milton recibió de Bo, el anciano deseaba darle un buen sepelio, y por esa razón fue en busca de la pala. Coleman, al enterarse del motivo, no dudó en ofrecerle de inmediato su ayuda al abuelo.
“Él me contó sobre la conexión que había entre ellos, todos los momentos que pasaron juntos caminando y jugando. Estaban muy conectados, fue muy emotivo y me emocionó”, expreso Sam.
Después del trabajo, Coleman asistió a casa de Milton para poder ayudar a cavar una buena tumba para su buen amigo Bo. El chico a pesar de no haber conocido al canino, estaba seguro de que había hecho vivir grandes momentos al anciano.
“Cuando decidí ayudar a Milton, pensé en mi abuelo que ha estado un poco mal y dije: Si fuera mi abuelo y yo no estuviera allí para ayudarlo, que algún desconocido se ofreciera sería increíble. Así que más que un nivel emocional, sentí que era mi deber ayudar al señor”, comentó Coleman.
El abuelo desde un principio quiso retribuirle al joven todo el esfuerzo y la ayuda que le estaba brindando, pero Sam no pensó en ningún momento obtener algo a cambio por su tiempo invertido. Él le dijo al hombre que con una foto le bastaría, que esa foto sería un recuerdo que llevaría siempre en su corazón y que ese momento siempre estaría con él.
Personas como Sam hacen que este mundo sea mejor. Este chico sin pensarlo dos veces, decidió ayudar al anciano en uno de los momentos más difíciles de su vida.
¡Sé amable siempre y ayuda a las personas en sus momentos más difíciles! Comparte la lamentable historia de este anciano que perdió a su fiel amigo.