Cuando una familia tiene mascotas y necesita mudarse, suele hacerlo acompañado de ellas. Pero en mercados de alquiler competitivos, los propietarios y los administradores de propiedades pueden ser un poco más selectivos con respecto a sus inquilinos.
Jo Cooper necesitaba cambiar de residencia y no podía soportar estar separada de su amado Angus, un schnauzer miniatura, así que luchó durante cuatro años en una corte para poder retenerlo en su edificio de apartamentos.
Y es que para aquellos inquilinos y padres de mascotas en Sydney, Nueva Gales del Sur, Australia, las cosas se han puesto bastante difíciles a la hora de ser aceptados junto a sus animales de compañía por los arrendadores.
Desde el principio, en su edificio no eran bienvenidos los perros, hasta que finalmente se les prohibió por completo, junto con cualquier otra especie que allí viviera. Sin embargo, gracias al esfuerzo de Cooper, actualmente las reglas han sido impugnadas por la Corte de Apelaciones de Nueva Gales del Sur.
“Este fallo se ha extendido a todos los edificios de apartamentos en todo el estado. Esto significa que los propietarios de edificios no pueden ‘prohibir completamente’ a los animales”, aseguró Cooper.
Los tres jueces que formaron parte del Tribunal de Apelación estuvieron de acuerdo en que una prohibición total de los animales que viven en edificios de apartamentos era una violación de los estatutos de la construcción que se supone que no deben ser “severos, desmedidos u opresivos”.
Por todo esto, se llegó a la decisión final de que la prohibición general era demasiado extrema y restrictiva, absolutamente carente de una conexión racional con el disfrute de otros lotes y la propiedad común.
Jo y su amado Angus son cómplices de la felicidad
Después de escuchar el veredicto, Jo no pudo ocultar su emoción y estalló en un llanto de alegría, incapaz de articular palabra al ver su empresa de cuatro largos años ganar la batalla y poder mantener a su lado a su amado Angus.
Por su parte, Claire, una amiga cercana de Jo, aseguró que no solo fue una gran victoria para esta mujer luchadora, sino para muchas otras personas y mascotas que viven en la misma situación.
“Es maravilloso para las personas que quieren tener una mascota y un gran impulso para su salud mental”, afirmó Claire.
De hecho, una situación similar le sucede a Bob Roden, un vecino de un edificio quien ha declarado ser dueño de un perro. Sin embargo, se ha enfrentado al rechazo de los propietarios de la torre de apartamentos. Afortunadamente, con el reciente fallo este hombre alberga la esperanza de que cambien de opinión, o de lo contrario, acudirá también al Tribunal de Apelación.
Por supuesto, Bob también estaba feliz de escuchar sobre el fallo, y seguro que todos los demás padres de mascotas que también alquilan. Los animalitos de compañía no son objetos, son parte de la familia y debemos entender que tienen derecho a recibir amor y un trato digno e incluyente como cualquier miembro de ella.
Comparte esta historia con tus amistades y, por favor, si no puedes encontrar inmediatamente una vivienda que acepte mascotas, NO la dejes con la esperanza de que alguien más la encuentre y cuide de ella, recuerda que su salud y su cuidado depende de nosotros.