Rompen, muerden, no prestan atención, ensucian, se emocionan por demás, escarban en la basura, comen y vuelven a romper. Los perros suelen ser animales muy traviesos. A pesar de los miles de momentos de alegría que nos brindan, debemos estar muy atentos, ya que esta condición los puede poner en peligro. Tener una mascota es una gran responsabilidad.
Hoy nos trasladaremos hasta Europa Central, concretamente a la ciudad de Praga, República Checa, para contar la historia de un perrito que, por inquieto y juguetón, no solo se las vio negras, sino que le puso los pelos de punta a su madre humana.
Resulta que, mientras ambos daban un paseo, el animalito no soportó las ganas de darse un buen chapuzón en la orilla de un río. Sin embargo, las aguas estaban algo fangosas y el canino se fue hundiendo en la tierra.
Al percatarse de la angustiosa situación la mujer, aterrada y desesperada dio parte a las autoridades locales de lo que estaba ocurriendo con su mejor amigo. Por suerte, la policía llegó junto a los bomberos para intentar sacar a flote al pobre animalito.
La escena se tornó un poco tensa, al principio. Aún debajo de la tierra se escuchaban los ladridos desesperados del perrito clamando por ayuda. Completamente hundido en el barro, el animal se estaba ahogando.
Los bomberos sabían que no sería un rescate sencillo. Era una situación difícil y debían actuar rápido. El lugar estaba tan anegado y lleno de lodo que carecía de suficiente oxígeno. Rápidamente, comenzaron a cavar ferozmente, pero con mucho cuidado de no dañar a la mascota.
Temían que la tierra pudiese ceder y afectar aún más al perro pero, además, se cuidaban de no golpearlo en el proceso. Finalmente, por suerte, los bomberos lograron tirarlo hacia arriba y pudieron rescatarlo.
“Por fortuna, llegamos justo a tiempo. Unos minutos más y el perrito se habría ahogado”, dijo uno de los bomberos.
El pobre cachorro salió de su percance muy asustado, empapado de agua y con el recuerdo de haber tenido que permanecer entre tanta oscuridad. Por fortuna, el perrito llamado Lucky le hizo honor a su nombre, ya que fue muy afortunado en salir.
De inmediato, tras secarse la humedad, demostrando que no había sufrido lesión alguna, se abalanzó hacia los brazos de su aún afectada madre humana, muy feliz por estar vivo.
“Cuando lo vi caer al agua y hundirse pensé que moriría. Me llené de espanto. Estoy muy agradecida con las autoridades que pudieron salvarlo”, dijo la mujer.
Y es que, por eso es necesario enseñarles a algunas mascotas como Lucky a comportarse, para evitar, aunque, en este caso parece algo cuesta arriba. Sin embargo, para su familia su presencia significa mucho. Es muy amado y valorado por todos. Esperemos que haya aprendido la lección y evite meterse en esta clase de líos en el futuro.
Comparte esta historia con tus amigos. Si bien hay perros que son tranquilos, también están los que son como Lucky, que parecen no dar tregua.