A la hora de viajar en avión con nuestras mascotas, normalmente buscamos aerolíneas que nos brinden seguridad y comodidad para nuestros tiernos compañeros. Siempre nos aseguramos de planificar bien nuestros viajes para que sean exitosos y nuestra mascota se sienta segura y feliz. Pero desafortunadamente, no en todos los casos estos viajes terminan como se tenía planeado.
Virginia es una mujer oriunda de Sevilla, España, quien estuvo viviendo durante un tiempo en Buenos Aires, Argentina. Después de su estadía en el país sudamericano, la mujer tomó la decisión de regresar a su ciudad natal junto a su esposo, su hijo y sus dos mascotas, Tontón y Piny.
Virginia empezó la busca de una aerolínea que fuera la indicada para llevar consigo a sus mascotas, y como resultado final decidió poner a sus caninos en manos de la empresa Iberia. Esta aerolínea española permite mascotas en sus vuelos con ciertas condiciones como papeles en reglas y los típicos pagos de tasas, los cuales Virginia presentó sin problema alguno.
Debido a una norma de la compañía que solo se permite una mascota por familia, la mujer y su esposo tuvieron que optar por fechas distintas de vuelos para poder llevar consigo a sus mascotas. Virginia viajaría con su hijo y con su canina Piny primero, y al día siguiente, su esposo y Tontón los seguirían.
Todo marchaba bien, hasta que llegado el trasbordo en la escala del Aeropuerto de Barajas en Madrid, la compañía le notificó que debía retirar a su mascota y volver a realizar su registro para embarcar el siguiente avión, información que la empresa en ningún momento le notificó con anterioridad sino al momento de su próximo vuelo.
Virginia se acercó al área de Aduana para que le entregaran a Piny, cuando después de unos largos minutos de desesperación, se percató que su canina estaba corriendo a toda velocidad por el aeropuerto. De inmediato, salió detrás de Piny, corriendo por todo el aeropuerto gritando su nombre, temiendo que algo le pudiera ocurrir. La mujer recibió ayuda de algunas personas que rondaban el lugar, hasta que volvió a visualizar a la canina. Pero la pobre perrita, muerta de miedo, escapó del aeropuerto.
“La gente me miraba como si estuviera loca, pero me daba igual. Estaba aterrada de pensar que se había escapado y se podía perder, y seguí gritando su nombre”, expresó Virginia.
Actualmente, Piny todavía se encuentra extraviada. Su familia junto el con apoyo de ciudadanos de las localidades de Alcobendas, San Sebastián de los Reyes y Barajas, han estado buscando a la perrita sin parar. Virginia creó una página de Facebook para las personas que puedan brindar información. Desafortunadamente, la aerolínea Iberia se ha desentendido por completo de la situación dejando a la deriva a la familia afectada.
“La última vez que la vieron, Piny estaba muy asustada, y de hecho volvió a huir. Ella está siendo tratada como un perro de rescate y tenemos gente buscándola las 24 horas del día”, comentó Virginia.
Lamentablemente, debido al descuido de esta empresa, la familia ha perdido a su querida mascota. Esperamos la encuentren lo más pronto posible para que Piny vuelva a estar bajo el cuidado de su dueña y no en las calles.
¡Difunde esta historia en tus redes sociales para ayudar a esta familia a dar con el paradero de Piny!