La vida de una perrita callejera es, por demás, lo más dura y difícil de sobrellevar. El desamparo, el hambre, la soledad, las enfermedades, la intemperie y los peligros; son algunas de las experiencias amargas que una peludita sin hogar tiene que aprender a sortear.
Cuando además, se suma el peso de la maternidad, una callejerita embarazada realmente entra en desesperación máxima, luchando por salvar la vida de las criaturas que ama. Y cuando los trae al mundo, hará lo que sea por garantizar su protección, salud y seguridad.
Una perrita callejera fue captada corriendo lo más rápido con un plato de comida en el hocico
Los hechos sucedieron en Turquía, un país que aunque, tristemente, los animalitos desamparados abundan en las calles, la gente tiene una sensibilidad especial hacia ellos. Y no faltan las personas de buen corazón que tratan de ayudarlos cuando está en sus posibilidades.
Yusuf Kılıçsarı se encontraba conduciendo en Estambul, cuando se percató de la presencia de un perro que corría a su derecha, por la acera.
Cuando se acercó, pudo darse cuenta de que era una hembra y ella parecía preocupada, concentrada, y como si quisiera llegar lo más rápido a su destino.
Yusuf se quedó sorprendido cuando vio que, además, la linda perrita llevaba un plato de plástico con comida en el hocico. Toda la escena era demasiado curiosa, porque la peludita parecía ser una experta del equilibrio y se esforzaba muchísimo en no desparramar una sola migaja del alimento que llevaba.
El hombre no dudó en seguirla y grabar toda la experiencia que estaba presenciando en el camino
No imaginó que acompañaría a la perrita en un increíble viaje bajo el intenso sol, durante más de 10 minutos.
Era impresionante ver cómo la peludita caminaba a ritmo bastante apresurado, pero sin desparramar nada durante el camino.
Una serie de preguntas comenzaron a apoderarse del hombre: ¿A dónde llevaba ese plato de comida con tanto afán? ¿Se lo llevaría a un humano necesitado? ¿Sería parte de su rutina y se lo daba a un amiguito hambriento y más necesitado que ella? ¿Lo transportaba a otro lugar seguro para podérselo comer ella solita a sus anchas?
Pero ella lo hacía por una razón mucho más poderosa y conmovedora
Yusuf, preso de la curiosidad, siguió conduciendo hasta llegar a una zona de un depósito de chatarras. La perrita se detuvo y se metió entre un callejón. Él estaba a punto de conocer qué era lo que tramaba la peludita, y cuando se bajó de su auto, descubrió la escena más conmovedora de su vida, que jamás podrá olvidar.
Se trataba no sólo de una madre, sino de una «madraza» callejera.
Al parecer, la perrita tenía la costumbre de deambular a diario, luchando por conseguir alimento para sus 4 pequeños.
Eran 3 cachorritos blanco con negro (quizás heredaron el físico de su padre) y otro cachorrito más parecido a ella: el más pequeño y consentido de mamá.
Y así, un día más, ella llegó rendida con la comidita para sus bebés. Como toda buena madre, aunque seguramente la más hambrienta y sedienta sería ella, se puede ver cómo se asegura de que sus pequeñines se alimenten primero.
Mientras tanto, ella decide recostarse sobre el césped, contemplando a su camada y orgullosa de su tarea maternal cumplida.
Yusuf nunca imaginó encontrarse con un cuadro así de emotivo y maternal
Se puede ver incluso cómo el cachorro más pequeño, después de saciar su barriguita vacía, decide buscar a mamá para jugar con ella. Y ella tendrá toda la paciencia para llenarlo de caricias y seguirlo en sus juegos.
Yusuf comentó que ese día no pudo volver, pero intentó llevarle más alimento al día siguiente a la madre y a sus cachorros. Y aunque alertó de lo sucedido a un refugio local, cuando quisieron ayudarla, ya no la encontraron. Él desea que con la difusión del video, logren ubicarla para cambiar su destino. Esperamos, de verdad, que a esta madre ejemplar y a sus bebés, les sonría el destino y tengan una vida mejor.
Este es el testimonio más contundente y radiante del amor de una madre, incluso en las circunstancias más sombrías. Una mamá ciertamente hará cualquier cosa por sus hijos para garantizar que tengan las necesidades fundamentales. ¡Cuánto tenemos por aprender!