La caza de animales silvestres en Sudáfrica se ha convertido en un lucrativo negocio y los elefantes se han visto afectados de diversas maneras. Pero a veces las cosas se salen de control, y el dueño de una empresa dedicada a la caza de montería no vivió para contarlo.
Disfrutaba acabar con la vida de los animales
Theunis Botha, de 51 años de edad, vivía junto a su esposa y sus cinco hijos en la provincia de Limpopo, en Tzaneen. En1989 inició la cacería y con eso costeó sus estudios en la universidad, pero después de haberse graduado se convirtió en dueño de varios ranchos de caza privados en Botswana, Zimbabwe y Sudáfrica.
Su empresa, Game Hounds Safaris, se especializaba en la cacería con perros de leopardos y leones. Era considerado uno de los más experimentados de su país y a las personas que hicieron uso de sus servicios les parecía una experiencia única, apasionante y muy profesional.
Se consideraba un gran cazador
Pero en las actividades donde participan animales salvajes cualquier cosa puede suceder. Cierto día el hombre iba con su grupo cerca del parque nacional Hwange en Zimbabwe, y se encontraron frente a una manada de elefantes, era una enorme hembra con sus crías.
“El desafortunado incidente ocurrió cuando el grupo de caza se metió en medio de un rebaño de crías de elefante y fue atacado por el elefante hembra”, informó Nyasha Simukai, portavoz de Parques Nacionales de Zimbabwe a un medio de comunicación internacional.
El instinto de supervivencia se despertó de inmediato en el veterano cazador, y accionó contra los cuerpos de tres de las crías. Como era de esperarse en estos casos, la madre paquiderma se vio amenazada, y en un desesperado intento de defender a sus pequeños tomó con su trompa a Botha y lo levantó.
Uno de los cazadores impactó a la mamífera para evitar que lastimara a Botha pero de nada sirvió, el cuerpo del monumental animal cayó justo encima del dueño de la empresa de caza de montería, y prácticamente de inmediato le quitó la vida.
Nunca pensó que pagaría por todo lo que hizo
Marike, la hija mayor de Botha fue quien confirmó públicamente a los medios sobre la muerte de su padre, pero no dio detalles de lo sucedido. La información se viralizó en las redes sociales, y los comentarios en contra del cazador y en defensa de los animales no se hicieron esperar.
“No siento pena por él en absoluto, terminó con la vida de una hermosa criatura por lo que él llama ‘deporte’, y allí está el resultado, es su karma”, expresó un enojado usuario.
Por su parte, la empresa Kuronda Safaris de Zimbabue, que se dedicaba a prácticas similares a las del infortunado Botha, rindió una especie de homenaje póstumo en su honor, y escribió palabras de reconocimiento en su cuenta de Facebook.
«Fue un gran hombre con un fantástico sentido del humor», expresó un representante de la compañía.
Tuvo un trágico final
Son muchos los riesgos inmersos en las actividades de cacería, o donde están involucrados animales salvajes. De hecho, Botha era muy allegado al cazador Scott Ven Zyl, cuyos restos fueron encontrados el pasado mes dentro de un cocodrilo.
Definitivamente la naturaleza existe para amarla, cuidarla y admirarla. No dejes de compartir esta insólita historia con todos sus amigos para que entendamos que los animales deben ser respetados.