Los perros son seres que merecen ser cuidados, amados y protegidos. Pero, aún existen personas en el mundo tan inhumanas, que tienen a una mascota en condiciones deplorables poniendo en riesgo su vida.
Tal es el caso de un hombre en Chesterfield, quien recibió una pena por su mala conducta hacia un indefenso perrito.
La Royal Society for the Prevention of Cruelty to Animals, RSPCA, como se conoce por sus siglas en inglés, es una institución de caridad que promueve el bienestar de los animales, y que tiene su sede en Inglaterra y Gales.
Estaba tan débil que no podía caminar
Cierto día recibió una notificación de la policía informándole que, en una vivienda, donde se estaba realizando un operativo, hicieron un triste hallazgo relacionado con un perro.
Los agentes policiales al ver la deplorable condición en la que estaba el animalito se preocuparon, por ello le participaron al ente indicado para tales efectos.
Dave McAdam, inspector de la RSPCA fue comisionado para que se dirigiera al lugar de los hechos, y constatara la veracidad de la denuncia.
Cuando McAdam llegó al sitio se sorprendió con lo que encontró, toda el área de la cocina de la casa expelía fuertes olores a orina y heces, además de estar cubierta de todo tipo de basura.
Cuando entraron a una habitación de la vivienda, vieron a un perrito Staffordshire bull terrier de nombre Dibbley, extremadamente delgado, débil y demacrado. Su estado era tan crítico, que a simple vista se podían ver cada una de sus costillas.
A pesar de que el personal de la RSPCA está acostumbrado a lidiar con estas cosas, McAdam estaba atónito del daño que puede llegársele a hacer a un animal.
«Este fue uno de los perros más demacrados que he visto que todavía estaba vivo. El perro estaba tan débil que tuvo problemas para caminar debido a la pérdida de masa muscular, con una experiencia de casi treinta años como inspector de RSPCA, sabía que este perro estaba cerca de la muerte», dijo el funcionario.
Sacaron al animal y lo llevaron directo a un veterinario, quien reconoció que el perrito había sido rescatado justo a tiempo para salvarlo de lo peor.
«Cada hueso principal en el cuerpo de este perro era claramente prominente y evidente, era literalmente un esqueleto andante. Este fue uno de los peores casos de desnutrición que he visto en mi vida, este perro no estaba a más de un día de la muerte«, dijo el veterinario.
Al momento del rescate el animalito no llegaba a pesar los nueve kilogramos, y en seis semanas bajo una cuidadosa alimentación superó los 20 kilos.
Se supo que el perrito vivía con James Drury, de Coniston Way en Chesterfield. El hombre fue denunciado legalmente, y después de declararse culpable de causar sufrimiento innecesario a su perro, el miércoles 23 de octubre se le dictó la sentencia que le correspondía.
Se le prohibió tener animales durante diez años, le dieron una orden de servicios comunitarios de 18 meses, y fue asignado a un programa de «habilidades de pensamiento» durante un período de 19 días, junto con un requisito de rehabilitación de 12 días.
En seis semanas el perro logró pesar 20,35 kilos
Afortunadamente este perrito logró recibir la ayuda que necesitaba en el momento preciso para salvar su vida. Ojalá que no se repita ningún caso de negligencia como el suyo y que todos los animales rescatados tengan el mismo desenlace. Compártelo.