Tristemente, muchas personas tienen que dejar atrás sus hogares al ser objeto de grandes injusticias. Esta situación se agrava aún más cuando implica a seres vulnerables e indefensos, como personas de avanzada edad y animalitos que no pueden defenderse por sí mismos.
Irma tiene 3 mascotas, pero solo pudo llevar consigo a Lucky
Esto fue lo que sucedió a Lucky, una fiel perrita, y a Irma Vásquez, una mujer de 68 años. Ambas vivían en un cuarto rentado en Usuluán, El Salvador, pero fueron desalojadas abruptamente, pese a que la mujer ya había cubierto el coste del alquiler hasta el próximo mes de abril.
Según el propietario del cuarto, Irma utilizaba demasiada agua para lavar un corredor y esa fue la razón por la que decidió echarla a la calle, sin considerar a dónde dormiría y qué pasaría con sus pertenencias y mascotas.
“Yo vivía en el barrio La Parroquia en Usulután. Había pagado tres meses adelantados y, sin motivo alguno, me pidió el cuarto. Yo salí a comprar en la noche y me cerró las puertas”, recuerda la adulta mayor.
Llena de temor, la mujer tomó el poco dinero que tenía y a su inseparable Lucky para poder trasladarse hasta la capital de su país, con la esperanza de poder recibir ayuda para la injusticia que se cometió en su contra.
Sin embargo, Irma no ha recibido ayuda por parte de las autoridades correspondientes. Además, tampoco ha podido alquilar un nuevo lugar donde poder dormir debido a que nadie acepta que lleve consigo a la perrita. Pero no hay nada que pueda convencerla de separarse de su compañera.
Esta abatida mujer tampoco tiene familia a la cual poder acudir en busca de auxilio. Únicamente tiene un hijo que vive en los Estados Unidos, pero él se ha desatendido por completo de ella.
Nadie quería recibir a Lucky
“No tengo ayuda de nadie, tengo un hijo en Estados Unidos, pero me desconoce. Lucky es lo único que tengo”, señala la mujer.
Después de pasar dos días en las calles, ante el frío y el peligro, Lucky y su humana recibieron la mejor de las noticias. Un hombre se enteró de su triste historia y, aunque prefirió mantener su identidad en el anonimato, puso a su disposición una casa en la que podrán vivir juntas sin ningún temor.
“Un joven de Estados Unidos me habló por teléfono. Me dijo que él tenía una casa vacía y que, si yo quería, me podía quedar ahí con la perrita”, narró Irma.
Finalmente, esta mujer y su amorosa perrita han vuelto a dormir bajo un techo seguro. Pero aún deben enfrentarse a no contar con trabajo, ni con los artículos elementales para la casa que han recibido prestada.
Un amante de los animales le ayudó
Ayuda a compartir la historia de Lucky y su humana para más personas puedan conocerla y así reciba la asistencia que tanto necesita. Ningún ser vivo merece ser objeto de malos tratos y tú tienes la capacidad de hacer un cambio.