Berni Gutierrez se encontraba paseando en un centro comercial ubicado en Duarte, California, cuando conoció al protagonista de esta historia: un hombre sin hogar llamado Hector junto a su Chihuahua, Amy.
Quiso acercarse para ayudarles, y entendió que ese señor no estaba pidiendo dinero ni nada para su uso personal, solo quería una licencia para poder tener a Amy sin correr riesgos.
Así que Berni decidió ponerse de inmediato en contacto con su amiga Piper Wood, fundadora de Hand in Paw, amante de los animales y muy buena persona dispuesta a brindar su ayuda en cualquier momento. Era la persona indicada.
Berni le contó que la chica llevaba un vestido con adornos, que estaba muy bien cuidada, y que su dueño estaba preocupado con la amenaza de separación.
«Ese hombre dijo que no podía tener a su perro en paz porque no tiene hogar, y las autoridades de control animal junto a la policía habían estado molestándolo y amenazándolo con llevarse al perrito por la falta de licencia», comentó Piper.
«Cuando ese hombre habla, suena como si tuviese un problema, es extraño. Es difícil entenderle, pero usualmente solo habla de su perro, y su perro lo hace tan feliz que llora de alegría. Es una persona realmente buena», continuó.
Por supuesto, Piper sintió de inmediato un profundo compromiso por ayudar. Le iba a conseguir la licencia, llevarla a esterilizar, ponerle un microchip, las vacunas y arreglar sus problemas dentales.
Asimismo, notó que Hector vivía de un carrito de compras, lo cual es ilegal en los Estados Unidos, así que le compró un carrito para perros en el que podría tener tanto a Amy como a sus pertenencias con tranquilidad.
«Llevo adelante un refugio para perros, pero a veces hay algún humano unido a alguno de ellos afectivamente y hay que ayudarles a los dos. A veces vemos personas sin hogar y creemos que su perro estaría mejor en otro lugar, pero no podemos olvidar que hay cariño de por medio y lo mejor para ambos es permanecer juntos», dijo Piper.
Ella misma escribió una publicación en Instagram sobre Hector y Amy, pidiendo donaciones para ofrecerles una mejor vida. Los resultados fueron inmediatos, personas de distintos lugares del mundo comenzaron a contestar con empatía y a ayudar económicamente.
Todos estaban maravillados con la sensibilidad de tanta gente. «Es increíble poder cambiarle la vida a alguien, debo hacerle el merecido reconocimiento a todas las personas que me ayudaron a lograrlo», agregó Piper.
Poco después Piper se presentó ante Hector con el carrito para perros, comida, sábanas y juguetes.
«Este es solo el inicio, él estaba tan feliz de poder ponerla en el carrito… La puso adelante con todas las sábanas y también ubicó allí sus pertenencias. Probablemente volvamos a vernos porque hay más cosas. También le daremos la licencia y nos encargaremos de que la chica esté bien de salud».
Asimismo, Piper planea conseguirle un trabajo a Hector, para que este sea solo el inicio de un largo, pero feliz recorrido. La meta es que puedan salir de las calles…
Piper y su fundación son un extraordinario ejemplo de que sí se puede ayudar tanto a los animales como a las personas en necesidad, solo es necesario tener empatía y elaborar un plan como el de ella. Esperamos que pronto Hector consiga un trabajo que le permita sacar a Amy de las calles, pero por el momento es reconfortante saber que ya están en condiciones mucho mejores y que nadie le quitará a la chica.
Te invitamos a compartir esta conmovedora historia de amistad y bondad con todos tus conocidos.