No hay un solo día en donde no se conozca algún caso de crueldad animal. Nuestra sociedad evoluciona tecnológicamente, se busca el mayor bienestar de las poblaciones pero poco se hace para detener el maltrato que los animales salvajes y domésticos sufren de la mano del hombre.
Se condena socialmente el maltrato, pero no se penaliza. O en caso de ser sancionado, la condena es muy débil.
Muchos animales son maltratados, lastimados y asesinados por los humanos.
Pero poco a poco, en todos los países del mundo, se conocen historias que nos brindan esperanza. Como sucedió hace unos días en Moquegua, Perú.
En un inédito fallo, un tribunal de Perú condenó a un hombre a dos años y seis meses de prisión suspendida por disparar con una carabina contra la mascota de un vecino en diciembre de 2016.
El hecho se registró en la región sureña de Moquegua, y según se conoció en el juicio, el hombre le disparó al gato en el estómago con una carabina Hatsan AT44-10, calibre 5,5 mm.
El dueño de Machín (nombre del felino) lo encontró maullando del dolor a pocos metros de su casa y lo llevó herido a una veterinaria donde determinaron que en el pecho del gatito había un balín que dañó sus órganos vitales y, finalmente, le causó la muerte.
Después de realizar la denuncia, la fiscalía inició la investigación y comprobó que el acusado tenía en su poder dos carabinas y, según los vecinos, disparaba además a las aves que se posaban en los postes de luz.
En el juicio se contaron todos los hechos.
La condena fue dispuesta por el Segundo Juzgado de Investigación Preparatoria de la provincia de Mariscal Nieto, que encontró al hombre, de 38 años, responsable del delito de actos de crueldad contra animales domésticos.
Según el doctor Nelson Linares, de la fiscalía de la provincia Mariscal Nieto, quien estuvo a cargo del caso, ésta es la primera ocasión que se impone una sentencia en este tipo de delitos en el país. En 2015 Perú aprobó una ley de protección y bienestar animal que sanciona hasta con cinco años de cárcel los actos de crueldad contra animales domésticos.
Es una histórica condena a favor de la proteción animal.
Con base en las pruebas, el juez dictó sentencia condenatoria a dos años y seis meses de pena privativa de la libertad suspendida. En Perú, la prisión es efectiva cuando la sentencia supera los cuatro años.
La resolución judicial determinó que el sentenciado deberá cumplir una serie de reglas de conducta para no ingresar en prisión y pagar 885 soles (270 dólares) en concepto de días de multa y 950 soles (287,8 dólares) como reparación civil a favor de la parte agraviada.
Si bien la condena es sin ingresar a la cárcel, es fundamental porque marca un importante antecedente ante la Justicia y es un hito en la defensa de los animales y las leyes contra la crueldad animal.
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