¿Recuerdas lo que te pasa cuando por descuido comes un alimento en descomposición o ciertos enlatados ya vencidos? Por lo general a las personas se les enrojece la piel o les aparece un salpullido que indica que están intoxicadas.
Algo por el estilo les sucedió a ocho tortugas que se intoxicaron con la marea roja en las costas mexicanas.
En diciembre de 2019 la marea roja afectó las costas de México, dejando un saldo de aproximadamente 300 animales muertos, la mayoría de ellos eran tortugas marinas de las especies golfina y prieta. La marea roja es una contaminación natural del mar, generada por microalgas tóxicas.
Unos pescadores de la costa de Puerto Escondido, Oaxaca, rescataron a más de dos docenas de tortugas que estaban intoxicadas pero vivas aún. Fueron trasladadas al Centro Mexicano de la Tortuga (CMT), allí se les aplicó un tratamiento para salvarlas.
«Principalmente los ejemplares tratados fueron machos. Estas tortugas, cuando se aparean, dejan de comer. Entonces creemos que los machos terminaron su temporada de apareamiento y se fueron a zonas de alimentación. Se encuentran las salpas en su camino, las ingieren y por eso tenemos puros machos intoxicados», explicó Martha Harfuch, directora del Centro Mexicano de la Tortuga.
Después de un mes y medio de estar internadas en el CMT, ocho de las tortugas rescatadas cumplieron exitosamente su tratamiento gozando de buena salud, por lo que fueron devueltas al mar donde pertenecen. El regreso al mar se realizó en una playa cercana a Mazunte, al sur de Oaxaca.
«Estaban intoxicadas, no podían nadar, estaban deshidratadas. Y con todo el cuidado que se les dio, se decidió que ya se pueden liberar porque se acabó la prohibición de la marea roja», puntualizó Martha Harfuch.
El proceso de la liberación de las tortugas fue todo un éxito
Queda la satifacción, después de que los biólogos certificaran la liberación de las ocho tortugas, de la labor bien realizada por el CMT aún cuando se hayan salvado muy pocas vidas.
Bien sabemos que el hombre ha tratado de ejercer un control sobre la población animal a través de la caza o la pesca. Claro, muchas veces esto se realiza para abastecerse de alimentos, para la subsistencia humana. Pero en no pocos casos es la misma naturaleza la que regula la población animal, poniendo a prueba la sobrevivencia de las especies.
Son varios los obstáculos que una tortuga marina debe enfrentar: los deshechos plásticos y químicos en los océanos, la caza ilegal, la destrucción de su hábitat y el consumo indiscriminado de sus huevos.
En esta historia la marea roja cobró la vida de gran número de tortugas marinas, pero este hermoso animal ejemplar cada día se impone con su lucha incansable por vivir.
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