Existen muchas personas inescrupulosas que utilizan a los animales para hacer dinero de diferentes maneras: peleas con apuestas de por medio, o simplemente, utilizarlos para las carreras. Un ejemplo de ello son las carreras de galgos y cómo estos inocentes animales son preparados es realmente desgarrador.
Ante todo, debemos tener algo muy claro. Todo animal que es usado con fines de lucro, no está recibiendo el amor que se merece, sencillamente es percibido como un simple pedazo de carne en la cual se invierte para sacar las mejores ganancias a corto plazo.
Los galgos no son precisamente acondicionados como atletas, con entrenamiento adecuado, buena alimentación, hidratación y horas de sueño. Por el contrario, la preparación para la carrera consta de cinco días de ayuno, e incluso los dopan inyectándoles esteroides anabolizantes para mejorar su rendimiento.
Pero, ¿qué pasa cuando el perro sufre una lesión en medio de la competencia? Termina siendo rechazado y echado a su suerte, lo que también frena su carrera para siempre. ¿Para qué gastar dinero en curarlo? Ya no sirve, que venga el próximo.
Silvana Gassman es una sensacional mujer argentina que sabe de primera mano la dura realidad de estos perros. Tiene 4 años dedicada al rescate de esta bella raza, al frente de la fundación Amor de Galgo. Es una heroína que se define a sí misma como una defensora y amante de todas las especies no humanas: desde un gusano hasta un hipopótamo, todas son magníficas y deben ser valoradas y respetadas por igual.
Su pasión por los galgos comenzó cuando adoptó su primer ejemplar y descubrió que esta raza dócil y tranquila de perros es la más castigada y la más explotada de la región austral, siendo la especie que más sufre, la del galgo de caza.
Silvana Gassman
“Mi marido corre mountain bike y por eso solemos ir a lugares como 9 de julio o Bragado. Una vez íbamos en el auto y vimos a una persona en moto llevando a un perro. En ese momento el animal parecía un monstruo, estaba súper anabolizado. Los dos nos quedamos mirando la situación y pensando ‘¿Qué es este horror?’”
A partir de allí, Silvana y su esposo recorren toda la Argentina en busca de perritos de esta raza y cualquier otro animal que necesite auxilio. Solo este año fueron capaces de rescatar y rehabilitar a 250 animales, de los cuales dieron 140 en adopción. Hoy, la pareja comparte su vida con nada menos que 32 de estos estupendos perritos.
Hasta el momento, la iniciativa de Gassman ha arrastrado cerca de 50 mil voluntades de unirse a esta noble causa, que les brinda una segunda oportunidad de una vida digna a estas nobles y preciosas mascotas.
Sin embargo, la cantidad de galgos víctimas de estos abusos en algunos países es tan grande que las asociaciones protectoras se han visto obligadas a buscar adoptantes fuera de su territorio. Por su parte, denunciar los casos de abandono y trato injusto para condenar a los culpables también es difícil porque, en la mayoría de casos los perros, o no llevan microchip, o se los arrancan.
¿No rompe el corazón ver a un indefenso animal en este estado?
“Es imposible dar salida a todos los galgos que buscan adopción, las asociaciones están absolutamente saturadas de perros. Seguimos en la lucha”, aseguró Gassman.
Los animales no son nuestros para comer, vestir, experimentar, usar como entretenimiento o humillar de ninguna forma. Son seres vivos que aman, sienten y sufren tanto o más que nosotros los humanos. ¿Porqué nos cuesta tanto trabajo entender eso?
Si estás de acuerdo, comparte esta historia y crea conciencia en tus familiares y amigos cercanos. Es momento de poner un alto a esta más que vergonzosa situación.