El nacimiento de una nueva vida siempre es emocionante, pero también trae mucho nerviosismo. Es un momento muy delicado, tanto la vida de la madre como la del bebé está en riesgo y todo depende de minutos. Es algo que ocurre cada minuto, cada día pero aún así sigue siendo un momento de muchas emociones encontradas. Algunos animales al igual que las mujeres, necesitan de un poco da ayuda para dar a luz y son los humanos quienes les ayudan en este difícil momento.
Las vacas son esos animales que necesitan ayuda con mayor frecuencia, es un parto difícil que requiere de mucha fuerza y algo de ayuda no les viene mal.
En Filipinas, una vaquita estaba teniendo dificultades para traer al mundo a su ternero, pero un granjero al darse cuenta, inmediatamente dejó de hacer sus actividades cotidianas para apoyarla en su labor. Con sus manos comienza a agarrar las patas del ternero, que comenzaban a ser visibles.
La vaquita se dejó ayudar sin ningún problema.
El hombre sigue tirando del pequeñito e introduce sus manos para llegar al útero de la vaca y hacer el trabajo más sencillo al ejercer fuerza de adentro hacia afuera. De esta manera, la vaca puede descansar un poco. Inmediatamente puede verse la nariz del nuevo ternerito.
Así continúa hasta que más de la mitad del cuerpo del ternero está afuera.
Pero el pequeñito luce desmayado y sin fuerzas, totalmente inerte y con un último esfuerzo del hombre y de la vaca, finalmente nace. Pero ahora cada minuto es vital y comienza el verdadero trabajo del granjero.
El pequeñito no estaba respirando así que debía reanimarlo.
Con mucha destreza, el hombre se apoya en el suelo junto al ternerito y comienza a limpiar su boca y su nariz, era evidente que este hombre sabía perfectamente lo que estaba haciendo. Dándole respiración boca a boca y limpiando sus vías respiratorias una y otra vez, este héroe logra hacerlo reaccionar.
Cansado y aún tratando de reponerse, el pequeño comienza a moverse y a parpadear.
La vaquita aún se encontraba de pie a pocos centímetros, seguramente también se estaba recuperando del duro momento y pronto le daría la atención necesaria a su bebé. Los terneros en pocos minutos son capaces de ponerse de pie y las vacas están listas para amamantarlos, así que este pequeñito estará muy bien, en pocos días estará fuerte y listo para correr por la granja.
Si crees que cada nacimiento es increíble, no dudes en compartir esta maravillosa historia.