No solo el abandono y el deambular en las calles de perros y gatos puede ser contraproducente para la vida de estas mascotas, también lo es la negligencia. No creas que por tener un hogar, una mascota está a salvo del maltrato.
Muchas familias muestran una conducta poco ética para con los animales. No les alimentan adecuadamente, los mantienen atados con sogas o cadenas en espacios a la intemperie y no cuidan adecuadamente de su salud.
Cuando Gavin conoció a Phoenix lo encontró en estas condiciones
Por suerte para algunos de estos animales, siempre hay un buen samaritano dispuesto a hacer la denuncia. Muchos perros se han salvado de destinos horribles solo porque alguien nota que la mascota se encuentra en un estado de absoluto maltrato y decide tomar cartas en el asunto, llamando a las autoridades pertinentes.
Un Gran Danés llamado Phoenix fue uno de estos afortunados. Lo más sorprendente fue la forma en la que descubrieron lo que le estaba ocurriendo. Un conductor de UPS llamado Gavin Crowley fue el responsable de que este animal fuese rescatado.
Tras siete meses sin verlo, le sorprendió ver en el perro en el que se había convertido
Gavin estaba haciendo algunos repartos en su ruta, cuando se dio cuenta de algo que nunca había notado antes: en el patio de una de las casas había un Gran Danés que era solo piel y huesos. Le rompió el corazón ver que el animal se encontraba en semejante estado.
El perro, al que posteriormente llamaron Phoenix, estaba atado a una caseta con una cadena corta, sin comida ni agua. Gavin de inmediato supo que si no lo mataba el calor, lo haría la desnutrición o la deshidratación, por lo que decidió actuar de inmediato.
Llamó a la Sociedad Protectora de Animales y puso cuanto antes la denuncia. Desde luego Phoenix fue rescatado y la familia responsable del animal tuvo que enfrentar cargos por maltrato animal. Cuando el perro fue llevado al veterinario, descubrieron que solo pesaba 31 kilos.
Phoenix fue sometido a una lenta recuperación y no le costó trabajo conseguir a una familia amorosa que quisiera ofrecerle todas las atenciones que sus dueños originales le habían negado. Siete meses le tomó a Phoenix transformarse en el perro que debía ser.
¡En solo meses, Phoenix pasó de 30 kilos a 70 kilos! Ni siquiera se parecía al mismo perro que Gavin había encontrado. Los veterinarios descubrieron que estaba ciego de un ojo, totalmente sordo y que había perdido algo de la oreja debido a la congelación.
Hoy Phoenix tiene una historia de amor y de superación para contar
¡Pero ahora está viviendo la vida en un hogar amoroso para siempre y su historia como sobreviviente merece llegar a otras personas, compártela!