Mucho hemos escuchado decir que cuando existe amor las diferencias de edad, raza o color dejan de ser relevantes. Y esta historia es una prueba de que un verdadero amor no solo ocurre en las películas.
Y es que los animales saben muy bien el verdadero significado de la amistad, su generosidad y solidaridad son parte importante en sus procesos de socialización.
En el corazón de ellos no hay espacio para las diferencias, saben amar sin condiciones y la lealtad que ofrecen a su alrededor es incomparable.
A veces nuestros prejuicios limitan las relaciones que establecemos, incluso con las mascotas.
Hay ciertos estereotipos que catalogan las razas de perros erróneamente como agresivas, o aquella creencia de que «los perros y gatos no se llevan bien», son algunos de los esquemas que no deberían existir.
Realmente para los perros no existen diferencias, lo que quieren es simplemente ser felices, ser solidarios con los más necesitados y demostrar su fidelidad a sus seres queridos.
Esta historia rompe el paradigma de que el perro más grande es el responsable de guiar y cuidar al más pequeño.
En el caso de Shelby y Bianca el vínculo de amistad y amor que existe entre ellos ignora totalmente las notables diferencias que tienen.
Shelby es un enorme gran danés que nació ciego y por fortuna encontró el amor de Shirley, una de las encargadas del refugio de animales Dogwood Animal Rescue, en California.
Bianca es una pequeña perrita chihuahua que asumió el rol de guía de Shelby, sin sentirse intimidada por la gran diferencia de tamaño.
Desde que se conocieron en el refugio y empezaron a compartir, el vínculo entre ellos se fue fortaleciendo cada día más.
Realmente tienen una afinidad increíble y solidaria.
Y es que cada uno según su esencia ha completado al otro. La naturaleza curiosa de la chihuahua sirve para guiar a su compañero danés afectado por el problema de la vista.
Esta pequeña es una excelente guía para Shelby en sus paseos y visitas, tanto fuera como dentro del refugio. Se ha convertido en sus ojos, se dedica a protegerla y guiarla como una luz en su camino.
La chihuahua es el mejor complemento en la vida de Shelby
Esta pareja se volvió inseparable, y Shirley la cuidadora lo sabe muy bien, tanto así que les abrió su corazón a ambos.
Shirley reveló sus planes de adoptar al gran danés cuando pudiera valerse un poco más por sí mismo.
Pero después de la relación de estos dos amorosos canes no pudo hacer otra cosa que adoptar a la pareja, separarlos no era viable. Y menos mal que supo reconocer la importancia de que este par permaneciera unido, porque el vínculo que han construido es inquebrantable.
Actualmente, ambos viven en el mismo hogar, disfrutan de la misma casa y el mismo patio por donde se dedican a pasear y conocer cada rincón.
No importa que Shelby tenga dificultades porque ahí está su amiga chihuahua para mostrarle dónde poner cada una de sus enormes patas, sin caerse ni chocar con algo.
Siempre está atenta para prevenir que se haga daño y comprende a la perfección que tiene necesidades especiales y que necesita de su apoyo para tener una buena calidad de vida.
Después de conocer historias como esta cuesta creer que todavía existan personas que subestiman la inteligencia y el grandioso corazón de los perros. Ellos merecen lo mejor, cada día nos regalan valiosas lecciones de vida.
La amistad entre estos dos perros demuestra cuánta nobleza hay en el corazón de estos animales, tienen muchísimo amor para dar y una sensibilidad y empatía por los demás que es digna de admirar. Tenemos mucho qué aprender de los perros.