A pesar de los prejuicios que muchos tienen sobre los pitbulls, estos peluditos han demostrado una y otra vez que tienen un corazón enorme. Bubba es un perrito que llegó a un refugio con la esperanza de comenzar una nueva vida. Los perritos como él suelen tener menos probabilidades de ser adoptados y en muchas ocasiones la gente prefiere sacrificarlos.
Bubba fue rescatado en la ciudad de Phoenix en Arizona.
Por suerte, Bubba logró enamorar a una joven llamada Rebecca Pizzello y consiguió la familia que tanto merecía. En aquel tiempo, la compañera de habitación de Rebecca había llevado una camada de gatitos que necesitaban de un hogar temporal y todos los peluditos de la casa terminaron forjando una gran amistad.
Bubba apenas tenía 3 meses de edad cuando logró ser adoptado.
Bubba creció rodeado de gatitos y desde entonces mueve su colita lleno de alegría cada vez que se encuentra con un minino. Una vez que se recuperaron, los gatitos partieron en busca de un hogar definitivo y el dulce Bubba se veía muy triste buscando a sus amiguitos por todos lados.
“Desde entonces, Bubba siempre ha estado obsesionado con los gatos. Los ama”, aseguró Rebecca.
Rebecca comprendió que Bubba merecía un hermanito gatuno para ser feliz. Esperó un par de años y finalmente cuando se pudo mudar a una casa más grande comenzó a prepararlo todo. Acudió al refugio Brooklyn Animal Action y conoció a una pequeña gatita llamada Rue.
Bubba y Rue tienen su propio Instagram con más de 120 mil seguidores.
En cuanto la vio supo que sería perfecta para su pequeña familia. En ocasiones, las relaciones entre perros y gatitos necesitan algo de trabajo, pero el dulce Bubba ya estaba más que preparado para recibir a su nueva hermanita. Los peludos se conocieron y se volvieron mejores amigos de manera instantánea.
«Especies diferentes que se cuidan y se dan amor. Los humanos podríamos aprender mucho de ellos”, opinó un usuario en las redes.
Bubba adora pasar horas enteras jugando con ella y una vez que quedan agotados, toman la siesta juntos. El hermoso pitbull le da besos y se comporta como un hermano mayor protector. La gatita Rue, por su parte, parece encantada con él y se asegura de nunca perderlo de vista.
“Rue le da extraños masajes a Bubba y él siempre se deja. Se porta de maravilla”, dijo Rebecca.
Rebecca quedó conmovida con el nexo que Bubba y Rue habían forjado en cuestión de horas. Después de todo, se trata de algo que nos demuestra los erróneos que son los prejuicios de que los pitbulls son perros peligrosos o que los gatitos y los perros no pueden ser amigos.
¿Qué opinas de esta curiosa amistad? No dudes en compartir esta nota para luchar contra los injustos estereotipos que sufren los pitbulls.