Ruby es una hermosa peludita mestiza de pastor alemán que llevaba poco más de un año en la calles sobreviviendo gracias a la ayuda de los vecinos. Una familia del lugar decidió ayudarla y comenzaron a darle comida. Pensaron que podría tratarse de una perrita extraviada e intentaron encontrar a sus dueños pero nadie la reclamó.
Finalmente, decidieron que ellos se harían responsables y la adoptarían formalmente. Desde entonces, pasan el día preguntándose cuál será la próxima aventura de la hermosa Ruby. Es un perrita demasiado traviesa que siempre se las ingenia para dejarlos a todos boquiabiertos con sus invenciones.
A pesar de que ya había demostrado que era muy astuta, sus dueños quedaron en shock cuando descubrieron que la peludita se escapaba regularmente de su casa para ir a disfrutar de su nuevo pasatiempo favorito.
“La dejé ir al jardín para que hiciese sus necesidades y 20 minutos después cuando regresé a buscarla no la encontraba por ningún lado”, dijo Denise McFarland, la dueña de Ruby.
Un día, notaron la ausencia de la perrita y comenzaron a temer lo peor. Sin embargo, el hijo de Denise decidió estudiar cuidadosamente el jardín y descubrió que había una tabla de la cerca completamente derribada. Ruby no sólo había tumbado una parte de la cerca en su intento de escaparse.
También cavó un hoyo y se las ingenió hasta entrar en el patio de los vecinos. La encontraron disfrutando tranquilamente de la piscina.
La traviesa peludita no mostraba el más mínimo remordimiento. Había descubierto lo deliciosa que es una piscina y estaba decidida a continuar disfrutando de ese merecido lujo.
Denise tomó medidas para reforzar la cerca de su casa pero Ruby seguía consiguiendo la manera de escaparse. Los vecinos no estaban nada contentos con lo sucedido y hasta compraron un enorme cobertor para impedir que la peludita llegara hasta allí. Todo fue en vano.
“Está muy orgullosa de sí misma. No parece entender por qué simplemente no la dejamos disfrutar de su amor por la natación”, dijo Denise.
Ruby saltaba felizmente sobre el cobertor de la piscina y disfrutaba flotando elegantemente mientras le llegaba un poco de agua a sus patitas.
Como muchas mascotas, Ruby detesta cuando llega la hora de darle un baño, así que Denise quedó en shock al descubrir su gran amor por las piscinas.
“Ella necesita su propia piscina. Traté de conseguirle una piscina para niños pero había escasez”, explicó Denise.
Están decididos a reforzar las medidas de seguridad y comprar una piscina cuanto antes para que la hermosa perrita pueda disfrutar de su pasatiempo favorito en la comodidad de su propio jardín.
¿Qué opinas de esta ingeniosa y traviesa peludita? No te vayas sin compartir esta nota que ha dejado a muchos con ganas de un chapuzón.