A todos los amantes de los animales nos entristece enormemente ver cómo la mano irreprimible del ser humano devasta todo cuanto toca en éste, nuestro Planeta azul, en el que debería haber cabida para todos.
Muchas especies en grave peligro han tenido que conformarse con vivir en reservas o safaris, cuyas condiciones de vida en algunos casos dejan mucho que desear. Y aunque la mayoría de turistas suelen ser respetuosos y acatan las normas de comportamiento frente a los animales; surgen casos horribles, cuando creíamos haber visto todo.
Los hechos sucedieron en el Taman Safari, Indonesia, a principios de marzo
Un hipopótamo hembra permanecía expectante al ver que pasaban coches con turistas. Ella estaba acostumbrada a ser alimentada por los visitantes, según las indicaciones expresas que deben seguir para salvaguardar la salud de estos hermosos animales.
Cuando un coche se detuvo frente al estanque, en el que conducía una mujer de 68 años, nadie imaginó que su estupidez llegaría tan lejos.
Mientras el animal abría sus fauces y se imaginaba que pronto saciaría su hambre, la inconsciente mujer arrojó una botella de plástico azul con la mejor puntería del mundo, para que terminara precisamente dentro de la mandíbula de la hembra.
Decidió «alimentarla» con el desecho más nocivo que tarda cientos de años en degradarse
Lo más triste del caso es que la hipopótamo realmente creyó que la mujer fue buena con ella, y que lo que recibió fue alimento. Por lo que no dudó en tratar de masticar la botella que quedó atorada en su garganta.
Justo en ese momento, Cyntia Ayu, otra turista que conducía detrás, logró sacar su teléfono para grabarlo todo y tener la evidencia de lo que la dejó totalmente en shock.
Ella pudo ver cómo una mano salía de la ventana, atrayendo a la hipopótamo con la botella.
Cyntia sintió vergüenza de la humanidad al ver cómo la mujer eligió el «mejor basurero» de la reserva para arrojar la botella de plástico: un inocente animal hambriento, en peligro.
«No pude detener a la mujer, intenté tocar la bocina pero ella no pareció darse cuenta ni hacerme caso. En su lugar, llamé a los oficiales para pedir ayuda», dijo Cyntia.
Los funcionarios del parque fueron corriendo al estanque para socorrer al animal. Y afortunadamente, evitaron una tragedia.
«Ahora mismo el animal está bien porque vomitó la arena. Si se lo hubiera tragado, la botella de plástico la podría haber matado», aseguró el portavoz de Taman Safari, Yulius Suprihardo.
Sin embargo, el acto es tan deplorable que no dudaron en denunciar los hechos a la Policía. Y están a la espera de que levanten cargos. Mientras que Cyntia se encargó de divulgar su grabación entre varios grupos de defensores de los derechos de los animales.
Gracias a eso, la mujer fue identificada. Y Doni Herdaru, de Animal Defenders Indonesia, dijo que tras increparla, ella se disculpó públicamente en un video cubriéndose la cara para evitar más represalias en su contra.
«Iré a Taman Safari para disculparme por lo que hice y prometo que no volveré a hacerlo», fueron sus palabras.
Pero tristemente, el daño ya estuvo hecho, y aunque no pasó a mayores gracias a la turista que lo vio todo, pudo acabar con la muerte de un animal inocente. Comparte para que casos así no se vuelvan a repetir y que todos se animen a denunciar y levantar la voz por los que no la tienen.