Niño es un perrito afortunado, pero a su vez bastante inteligente y agradecido que ha encontrado el modo más hermoso de retribuirle a su dueño todo el cariño que le ha dado y está haciendo algo especial por él en esta cuarentena.
Este mestizo de pelaje blanco y negro aprovechó el confinamiento para lucirse.
El peludo se destaca en su oficio de mandadero y se convirtió en el mejor repartidor que pudo haber imaginado su dueño, José Ever Henao. Pero detrás de su nueva afición se encuentra un profundo agradecimiento y un gran motivo para tanta lealtad.
El hombre que reside en Bogotá (Colombia) rescató al pequeñín de las calles cuando unas personas desde una camioneta en movimiento decidieron arrojarlo desde la ventanilla. Todo esto ocurrió cerca del Parque Primavera, en Bogotá, y la persona ni siquiera se percató de que el animalito pudiese sobrevivir al impacto.
En ese instante el hombre quedó consternado por la situación y decidió rescatarlo ante el temor de que hubiese sufrido alguna lesión al caer en el suelo. Por fortuna, Niño, como el hombre decidió bautizarlo, estaba bien de salud aunque bastante temeroso por todo lo que había sucedido.
Desde entonces, Niño se convirtió en su fiel compañero.
Don Henao lo llevó a casa, alimentó, bañó y cuidó durante unas semanas antes de decidir que se convertiría en su nuevo compañero. A partir de allí este par han compartido mil y un anécdotas juntos pero si hay algo que el hombre siempre ha admirado de Niño es su lealtad y obediencia.
Niño es tanto amable como inteligente.
Fue de este modo que el perrito se convirtió en su repartidor personal y el mismo Don Henao cuenta cómo fue aprendiendo.
“Niño, hágame el favor y va a la tienda y me compra una libra de menudencias para que podamos hacer el almuerzo y los dos comamos», revela José que suele decirle a su perrito.
Niño sale de casa con una canastica en la que lleva el dinero.
Con el también lleva la lista de todo lo que debe llevar a su dueño y los comerciantes y vecinos de la zona ya lo conocen como el perro repartidor. La criatura lleva al menos 8 años destacando en su labor pero en esta época de cuarentena su servicio ha cobrado mayor valor.
“En ese época de cuarentena ha sido una ayuda inmensa porque, afortunadamente, no le piden identificación”, bromeó Don Henao.
Para este hombre, Niño es su consentido: “Él es mi niño, mi ternura, mi baby, mi hermosura”, por eso le está más que agradecido con todo lo que la criatura ha hecho por él durante los últimos meses. Además explica que su oficio se fue desarrollando con los años y cada vez son más los comerciantes que saludan al peludo con gran simpatía y saben perfectamente qué es lo que el animalito necesita.
Si alguien pone en duda la lealtad de estos animales sólo debe conocer a Niño para entender todo lo que están dispuestos a hacer por sus dueños. Comparte esta historia y envíale tus bendiciones a este peludo.