Generalmente entre los niños y los animales hay una conexión muy especial. En esta historia vemos en un vídeo cuando un niño de 4 años, zimbabuense se acerca a un gran elefante para acariciarlo.
El mágico momento fue grabado por Lesanne Fowler, la madre del pequeño y fotógrafa profesional de la vida silvestre.
El niño de casi 20 kilos y el majestuoso elefante de varias toneladas lograron comunicarse sin palabras, entre ellos brilló el amor.
Los elefantes son por naturaleza animales tranquilos que disfrutan pastar y compartir con sus grandes manadas. Pero como todo animal de la vida silvestre puede tener una reacción violenta cuando se sienten amenazados.
Sin embargo, no podemos encasillar a estos animales por esas reacciones. Ellos muestran su lado más dócil cuando reconocen que no quieren hacerles daño.
Incluso en muchos casos buscan corresponder el cariño que están recibiendo. Y eso fue justamente lo que capturó una fotógrafa de vida salvaje en Zimbabwe, cuando su hijo de 4 años se acercó sin miedo a acariciar a uno de los elefantes.
“Dios, él es increíble, tan calmado”, dijo Lesanne mientras miraba a su hijo caminando hacia el elefante.
El majestuoso elefante movió su cola y lo observaba mientras comía pasto. Incluso se dejó acariciar por el pequeño mostrando su capacidad para discernir y su inteligencia para detectar que no estaba en peligro.
El niño se paró de espalda al animal lo que significó una muestra de confianza para el elefante. Fue realmente increíble, ambos reconocieron que ninguno debía tener miedo del otro.
«Simplemente sin palabras”, dijo el oficial del Servicio Forestal Indio, Susanta Nanda al compartir el video.
Lesanne no planificó que su hijo caminara hasta el elefante, ella estaba en una sesión de fotografía y el niño fue hacia él para saludarlo.
El video se ha hecho viral en las redes con cientos de reacciones y comentarios sobre la muestra de bondad que existe en todos los seres.
Según los estudios sobre la vida salvaje, estos animales se tornan violentos cuando están en manadas y pasan safaris a su alrededor. Ellos cumplen su deber de proteger a los más débiles e intentan alejarlos del peligro. También se pueden estresar por el ruido de las personas y las luces de las cámaras.
No podemos olvidar que ellos están en su espacio y aunque pueden compartirlo con nosotros no debemos invadirlo bajo ningún concepto.
Es muy importante que estos animales se sientan libres y no están agobiados por la presencia de un ser humano, y definitivamente este pequeño lo hizo muy bien. Comparte el emotivo vídeo.