El oso panda es un mamífero en peligro de extinción y, tal vez, es el símbolo más reconocido de la conservación ambiental a nivel mundial. La gente los ama, sin embargo, se sabe que, al menos, unos 1.600 ejemplares vagan por las selvas montañosas del centro de Asia, y más de 300 viven en cautiverio, desperdigados en todo el mundo.
Fu Bao es un panda nacido en cautiverio.
Nació después de que sus padres fuesen prestados como si de mercancía se tratasen, por China al zoológico Everland, ubicado en Seúl.
Es muy poco lo que ha podido progresar durante el confinamiento por la pandemia. Sin contacto con otros osos, se ha generado una estrecha relación entre él y su cuidador.
Y es que, quizás pocos animales sean capaces de demostrar el afecto que siente Fu Bao por su humano responsable de velar por su bienestar. A pesar de estar encerrado desde que nació, su instinto de querer sentirse acompañado no tiene nada que envidiarle al de nosotros, los humanos.
“Fu Bao se siente muy solo en su encierro, por eso se aferra tanto a su velador”, comentó un usuario al enterarse de la noticia y ver la publicación vía redes sociales.
El simpático plantígrado de origen chino se ve muy necesitado de protección y cariño, en el momento cuando el empleado del zoológico le hace un pesaje de rutina. Al acercarse, el animal se aferra con firmeza a una de las piernas del hombre, sin querer separarse de él, rogándole que no lo deje y que se quede a su lado.
China prestó a los padres de Fu Bao, de apenas 6 meses de vida a Corea, como una muestra de alianza para estrechar los lazos de cooperación internacionales en pro del cuidado de esta especie.
Sin embargo, a inicios de 2021 se reabrió el zoológico con aforo limitado, permitiendo a las familias darle la bienvenida al hermoso y cariñoso animalito.
A pesar de que no ha conocido otro mundo distinto al de una reserva, Fu Bao crece sano, feliz y acompañado. Es tremendamente dócil y muy juguetón. Por su parte, el abnegado hombre responsable por su vida y cuidados, se ha convertido en algo más que su mejor amigo.
El hombre lo atiende tal y como si fuera un padre, pero tristemente no lo es
“Su cuidador, en especial, se ha transformado prácticamente en un padre preocupándose de que crezca sano y feliz”, dijo un portavoz del zoológico Everland.
Curiosamente, el osito fue bautizado con el nombre de Fu Bao, que significa “tesoro que trae felicidad”, tras una encuesta realizada por el albergue en la que participaron al menos unas 50 mil personas.
Ahora, este dulce bebé peludo continuará su desarrollo, paseando y jugando dentro del zoológico Everland.
No estamos a favor de encerrar animales y alejarlos de su hábitat natural, sin embargo, por fortuna, en este caso, si bien la vida de Fu Bao está destinada al cautiverio, cuenta con todos los cuidados que necesita para existir.
Comparte esta historia con tus familiares. Los animales tienen derecho a la salud, a la libertad y a la vida. No los confinemos a la desolación. ¡Buena suerte, Fu Bao!