En un pequeño barrio de Northfield, Illinois (Estados Unidos), un perro golden mayor, de espíritu libre y corazón bondadoso, ha dejado una huella imborrable en todos sus vecinos.
Se trata de un peludito color crema de 15 años llamado Oliver, considerado el mejor amigo de muchos perritos del vecindario.
Su historia se remonta a 9 años atrás, cuando el decidido perrito comenzó a explorar cerca de su casa. Así fue a dar al hogar de una vecina llamada Melissa, que tiene varios perritos, entre ellos una hermosa pitbull conocida en las redes como @pudgethepit. Oliver y Pudge no tardaron en volverse amigos inseparables.
Desde entonces, sin que la dueña de Oliver se lo enseñara -pero contaba con su permiso-, comenzó a frecuentar la casa de Melissa a diario. Pero eso sí, a una hora fija, como si de un reloj suizo se tratase.
«Si no teníamos un horario, él nos lo ha traído. Nos ha dado no sólo amor, sino orden y organización a nuestras vidas. Tocará el timbre a las 7:00 en punto sin falta, y yo tendré que abrirle y darle su desayuno», contó Melissa.
Aunque esa adorable rutina se repetía cada día, el celestial perrito se comportaba como si les trajera una gran nueva sorpresa con su visita. Y como tal, esperaba que todos los perritos de Melissa lo recibieran muy emocionados.
Como era de esperar, eso es precisamente lo que sucedía. Su amiga Pudge no tardaba en saltarle al cuello para llenarlo de besos, como si también se mostrara sorprendida por la grata visita diaria.
Sue, la dueña de Oli, como todos llaman cariñosamente al golden, se mostraba totalmente conmovida y desconcertada por la increíble sociabilidad del perro. Ella nunca se lo enseñó y Oli no tardó en visitar no sólo la casa de Melissa, sino la de decenas de vecinos, para entablar amistad con sus mascotas.
Todos le abrieron las puertas de sus hogares, y comenzaron a llamarlo el «abuelo errante», y definitivamente, no podía ser más cierto. En cada casa que visitó, nunca le faltó amor, protección, comida, y por supuesto, un vínculo indestructible con sus vecinos perritos.
Melissa comenzó a grabar la interacción de sus perros con Oli y lo difundió en las redes. Desde entonces el adorable abuelo se volvió famoso y comenzó a recibir muestras de cariño del mundo entero. Pero muchos se preguntaban si sería seguro para el perro deambular así por la vida.
Por suerte, Sue aseguró que ella sólo le permitía visitarlos en horas que sabía sería recibido por sus vecinos. Además relató que afortunadamente vive en un barrio por demás, amigable y seguro. Y por si fuera poco, le instaló un GPS para poder saber dónde se encontraba su perro mayor en cada momento.
Con los años, Oliver se convirtió en una especie de pequeña institución, cerca del lago donde viven. Parecía como si supiera que su misión en la vida era seguir tocando corazones a donde fuera.
Pero evidentemente, el paso de los años pronto se hizo notar. Y a sus 15 años, quedándose ciego y sordo por completo, sorprendió aún más a todos sus vecinos…
El golden mayor jamás dejó de visitar a sus amiguitos perritos cada día
El camino lo tenía perfectamente grabado en su corazón y en su mente, y siguiendo su instinto, seguía visitando a sus vecinos, llevándoles una alegría indescriptible y conmoviendo más todavía debido a su condición.
A paso lento pero seguro, era muy emotivo ver cómo su espíritu libre y su alma bonachona se mantenía firme a pesar de su cuerpo envejecido y su caminar cansado. Pero a su ritmo, el jamás dejaría de cumplir con su deber de amor con sus amigos. Era como la medicina que necesitaba para hacer más llevadera su vejez.
Hasta que el año pasado a Oliver le diagnosticaron cáncer. Estuvo lleno de amor hasta su último aliento, como fue su vida entera. Y hace 3 meses, su dueña Sue, con el corazón abatido, tuvo que compartir la triste noticia de su partida.
«Nos entristece compartir que Oliver falleció ayer por causas naturales. Fue una parte increíble de nuestra familia durante 15 años y medio. Trajo tanta alegría y felicidad a todos. Lo extrañaremos mucho. Que andes vagando por el cielo durante mucho tiempo, Oliver», escribió en Instagram.
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Sobre el paso de Oli en la familia de Melissa, ella comentó:
«Ha sido la oportunidad más maravillosa que ha tenido mi familia para crear estos conmovedores recuerdos junto a Oli. No era nuestro perro pera pasaba el día entero en nuestra casa, dándonos el amor más profundo, e indestructible. Adiós Oli, te amamos».
Los perritos, y especialmente los ancianitos como Oliver nunca morirán por completo. Su memoria y la forma en que hicieron sentir a la gente vivirá para siempre. ¡Vuela alto, querido abuelito!