Todos estamos familiarizados con el estereotipo bajo el que suelen caer muchos gatos, siendo considerados fríos, con falta de empatía y, por lo general, desinteresados en lo que los rodea; sin embargo, este pequeño minino nos demuestra que no debemos juzgar a un tigre por sus rayas.
Este es Rascal, un adorable gatito con traje, que fue rescatado de las frías calles de Washington a mediados de 2015 y fue llevado al refugio de animales local donde, tras ver su foto, fue inmediatamente trasladado a la sede de Purrfect Pals para ser asignado a un hogar adoptivo.
Fue allí, tras experimentar el calor de un hogar amoroso, donde la naturaleza extremadamente juguetona de Rascal salió a relucir, llenando el lugar de travesuras y enredos como nadie lo hubiese podido prever y, si bien no es un gato para acurrucarse, es difícil negar que llenaba la sede de sonrisas y risas con tan solo aparecer.
Es terco, extremadamente malicioso y su nombre lo representa perfectamente”, dice el vocero de Purrfect Pals, siendo Rascal el equivalente a la palabra “rufián”.
Sin embargo, todos podemos estar de acuerdo en que estas declaraciones se realizan con una sonrisa y muy buena fe por parte de la asociación, ya que Rascal es un vivaz amiguito que alegra el corazón de quien tenga la suerte de conocerlo.
Cuando Rascal estuvo totalmente recuperado y listo para ser dado en adopción, fue inmediatamente trasladado al centro de adopción de Purrfect Pals para conocer a las personas interesadas en adoptarlo; sin embargo, pronto los empleados notaron que había algo extraño con el adorable gatito.
Sin contar el hecho de que se reusaba a comer por el estrés de estar enjaulado, las personas que lo veían perdían el interés en adoptarlo cuando se enteraban que Rascal no estaba interesado en acurrucarse y que su principal pasión era jugar y hacer travesuras, por lo que resultaba sumamente difícil encontrarle un hogar amoroso al pequeño rufián.
Sin embargo, tras varios meses de rechazos, el 25 de abril del 2015 Rascal finalmente fue adoptado por Jim y Cerise, quienes al escuchar que nadie más quería adoptar al pobre amiguito, decidieron que estaban destinados a brindarle un amoroso hogar al minino.
Ya con 4 años, dos de los cuales ha vivido con Jim y Cerise, el pequeño Rascal se encuentra en un hogar lleno de amor, donde lo aceptan tal y como es, y le brindan todo el cariño que un adorable y juguetón minino pudiera querer.
Recuerda siempre que las diferencias nos hacen únicos y especiales. ¡Comparte la historia de Rascal con tus amigos!